Los padres muchas veces confunden lo que significa amar y cuidar a sus hijos y los sobreprotegen, al extremo de volverlos casi unos inútiles o personas sumamente temerosas e incapaces de construir una vida propia.
El amor y el cuidado deben ir acompañados de una enseñanza de libertad y confianza hacia ellos, que irá creciendo y facilitará a que sean personas capaces de conducir su destino.
Muchos hijos llegan a ser conscientes de la limitación que significa ser mirados por los padres como seres incapaces y aunque de modo racional lo ven, de modo emocional no saben cómo salir de ese vínculo.
Consecuencias de la sobreprotección:
• Muchos hijos responden a la sobreprotección con la revancha. En cuanto pueden, tratan a sus padres de la misma manera agresiva como fueron tratados en su infancia
• Se convierten en niños ansiosos y temerosos
• Se vuelven egocéntricos y muchas veces tiranos con su entorno
• De adultos, tienden a tener dificultades para separarse de parejas abusadoras o maltratadoras
• No tienen éxito en lo que emprenden pues sienten que son incapaces y están atrapados en ser bebés consentidos.
Todo esto transforma a los hijos en adultos que no podrán caminar en la vida con seguridad y sus elecciones -ya sea de pareja o amigos- siempre tendrán como característica la rabia.
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