Más de 200 kilómetros de atasco se ha formado en la carretera M-10 de Tver, una de las principales arterias de la parte europea de Rusia.
Conductores rusos llevan varios días varados en una carretera de la región de Tver, en el centro de Rusia, debido a las kilométricas retenciones provocadas por las fuertes nevadas de los últimos días.
"La situación en la carretera es muy difícil. No hay comida y la gasolina se acaba. La gente que lleva ya tres días retenida en la carretera necesita productos, agua y comida caliente", relató un conductor a la agencia Interfax.
La fuente asegura que "la gente no ve que llegue la ayuda que, supuestamente, está siendo dispensada" por las autoridades regionales y federales, que oficialmente han anunciado el despliegue de cocinas de campaña para ayudar a los atrapados.
"El estado de los conductores está cercano a la crisis nerviosa", agregó.
Este conductor cifró en más de 200 kilómetros el atasco que se ha formado en la carretera M-10 de Tver, una de las principales arterias de la parte europea de Rusia, ya que une las dos principales ciudades del país, Moscú y San Petersburgo.
Precisamente, debido al atasco, todas las rutas de autobuses que unen Moscú y la antigua capital de los zares a través de la región de Tver han sido suspendidas.
El Ministerio de Emergencias, que ha abierto una línea telefónica de ayuda psicológica, reconoce que a las retenciones han podido contribuir las máquinas que retiran la nieve acumulada durante los últimos días en carreteras y arcenes.
Las autoridades informan de que están ayudando a los conductores atrapados en las carreteras, pero muchos conductores niegan en las redes sociales haber recibido ayuda o alimentos durante la noche, o haber visto máquinas quitanieve.
Ante la inacción de las autoridades, grupos de voluntarios se han puesto de acuerdo para suministrar agua y comida a los conductores y los pasajeros más necesitados.
Las imágenes de televisión pública muestran kilométricas caravanas de coches parados a lo largo de una estrecha carretera general donde, además, la visibilidad es muy baja.
Muchos conductores de coches a los que se les ha acabado el combustible han optado por aparcar en los arcenes y caminar hasta lugares cercanos para entrar en calor, ya que los termómetros marcan varios grados bajo cero.
La situación es tan grave que el ministro de Transporte, Maxim Sokolov, convocó en la tarde del domingo una reunión de urgencia con las autoridades de Tver, según las agencias locales.
Mientras, el ministro de Emergencias, Vladímir Puchkov, se ha desplazado a la zona en helicóptero para seguir de cerca la situación.
Según el Ministerio de Emergencias, la situación se normalizará según avancen las horas, a lo que contribuirá la prohibición de circular por la M-10 para los camiones de alto tonelaje.
A mediados de esta semana el centro de Rusia fue escenario de una gran nevada, la primera del otoño, que fue seguida por aguanieve y un aumento general de las temperaturas.
EFE
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