El corresponsal de RPP Noticias en Roma ubicó a este trujillano, que tiene su puesto en el barrio de Borgo Pio, cerca del Vaticano. Conoció al actual papa en 1998.
Antonio Arellano es un zapatero trujillano que emigró a Italia hace varios años y, tras mucho esfuerzo, logró instalar un local en el barrio de Borgo Pio, cerca del Vaticano.
Poco a poco fue ganando fama entre sus vecinos y su clientela comenzó a crecer, al punto que muchos sacerdotes y monjas lo buscaban. Entre ellos, se encontraba Joseph Ratzinger, hoy conocido como el papa Benedicto XVI.
El corresponsal de RPP Noticias en Roma ubicó a este trujillano, quien recordó su primer encuentro con Ratzinger, que se remonta al año 1998.
Al enterarse de la renuncia de Benedicto XVI al pontificado, Arellano reconoció que sintió mucha tristeza, aunque después -dijo- entendió la decisión.
"Yo estaba comiendo en una pizzería (cuando me enteré de la noticia). Me vino una tristeza única, pero también me vino una alegría porque, para mí, estaba muy cansado (el papa)", refirió.
Tras conocerse la relación entre el papa y este peruano la prensa internacional no ha parado de buscarlo, al punto que dice haber recibido a más de 80 periodistas de todas partes del mundo.
Si bien cuenta que el zapato del papa debe ser íntegramente de cuero y "muy suave", nuestro compatriota no reveló el precio del producto. "No digo el precio en entrevistas", se limitó a decir.
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