Con "Dotcom" fueron detenidos en Auckland los también alemanes Finn Batato y Mathias Ortman y el holandés Bram van del Kolk, todos ellos directivos de Megaupload.
El fundador de Megaupload, Kim Schmitz, más conocido como "Kim Dotcom" cumplió hoy su quinto día encarcelado en Nueva Zelanda a la espera de que un juez dicte si sale en libertad condicional, en medio de la polémica por el permiso que recibió para residir en el país.
Desde que fue detenido la semana pasada en una operación internacional coordinada por el FBI estadounidense, "Kim Dotcom", de 37 años, ha recibido visitas de sus familiares en la Prisión Central Preventiva de Auckland, declaró a Efe escuetamente su abogado principal, Paul Davison.
Con "Dotcom" fueron detenidos en Auckland los también alemanes Finn Batato y Mathias Ortman y el holandés Bram van del Kolk, todos ellos directivos de Megaupload.
La operación policial también fueron detenidos el alemán Sven Echternach en Alemania; y al eslovaco Andrus Nomm, en Holanda.
El juez David McNaughton pronuncia mañana su fallo sobre la libertad condicional que han solicitado Schmitz ("Dotcom"), Ortman, Batato y Van del Kolk mientras los tribunales se pronuncian sobre la extradición que ha requerido Estados Unidos.
Las autoridades estadounidenses afirman que estas personas ingresaron de manera ilícita unos 175 millones de dólares (unos 135 millones de euros) con Megaupload, que cuenta con unos 150 millones de usuarios registrados, y otras páginas asociadas.
La presencia del principal acusado y sus asociados en Nueva Zelanda ha puesto en una delicada situación al Gobierno del conservador John Key.
Schmitz obtuvo en 2010 un permiso de residencia en el país oceánico, pese a sus antecedentes penales en Alemania, donde fue condenado a 20 meses de prisión y una multa de 100.000 euros (129.000 dólares) por el fraude de "LetsBuyIt", aunque nunca ingresó en la cárcel.
Fuentes del Ministerio de Inmigración neozelandés explicaron al diario New Zealand Herald que la residencia de "Dotcom" fue aprobada porque los beneficios que suponía su presencia en el país eran mayores que los riesgos.
EFE
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