Bolsillo llenos gracias a los numerosos viajes de ida y vuelta de las celebridades hacia la alfrombra roja.
Los Óscar de Hollywood culminarán la temporada de premios en Los Ángeles, un período de "vacas gordas" para las empresas de limusinas que ven poco "glamour" en las perspectivas de negocio de un año marcado por la crisis.
Algunas compañías de este sector en California sobreviven a duras penas contagiadas por la falta de crédito general y los recortes de gastos en las multinacionales, especialmente del entretenimiento, que alimentan al sector.
No obstante, enero y febrero supone un respiro para sus cuentas de resultados gracias a los numerosos viajes a alfombras rojas que se demandan en Los Angeles para premios como los Globos de Oro, los Grammy y los Óscar.
"Los 29 coches de mi flota están reservados para los Óscar", aseguró el vicepresidente de operaciones de Prime Limousine Service, Alex Tuzman, quien lleva 12 años dedicado al sector del transporte, los últimos cinco íntegramente a los servicios de lujo.
"Actualmente hay más movimiento, más que en los meses anteriores, pero no sé como vamos a hacer cuando pasen los Óscar. La crisis es muy dura y la empezamos a sufrir hace más de un año con la huelga de guionistas. Aquellos meses mi compañía perdió entre 40 mil y 50 mil dólares", explicó.
El resto de 2008, esa empresa vio como caían sus viajes al aeropuerto, el más común de sus servicios, de 70 diarios a una media de
"Hay menos demanda para lo que hacemos. Se están rebajando los costes de los viajes, pero no tenemos que tirarnos de un puente", afirmó Scott Solombrino, presidente de Dav El Chauffeured Transportation Network y referente del negocio de las limusinas en EEUU en la feria LCT Show celebrada en enero en Las Vegas.
Lo cierto es que el sector del lujo suele soportar mejor que otros los vaivenes de la economía, ya que sus clientes continúan teniendo alto nivel adquisitivo, si bien los servicios contratados por la clase media para celebraciones se reducen.
La única manera de superar este bache económico sin quedarse en la cuneta, según Tuzman, era guardar las apariencias, es decir, mantener los niveles de calidad sin dañar el bolsillo del cliente.
"Este año me han pedido especialmente doce botellas de champán "Veuve Clicquot Ponsardin Brut" en uno de mis coches para los Óscar", confesó Tuzman mientras sostenía una de esas bebidas que consumirán sus pasajeros, de los que se reservó el nombre.
En sus vehículos, declaró, han viajado celebridades como Angelina Jolie, Steven Spielberg, Paris Hilton, Donald Trump, Penélope Cruz, o los jugadores de Los Angeles Lakers, Pau Gasol entre ellos.
"Nombres al que nombres, ha viajado con nosotros", señaló orgulloso.
"La clave está en el boca a boca. Los clientes satisfechos repiten y los coches tienen todas la comodidades: bar, televisión, música, karaoke... lo que ya no llevan es techo solar porque era motivo de pequeños incidentes. La gente salía y gritaba", dijo.
Aunque si hay un aspecto importante para Tuzman es la seguridad, por lo que equipó con sistemas de rastreo y cámaras web al vehículo para controlar el servicio en todo momento.
Uno de sus conductores, Gary Sanders, aseguró que ha visto de todo en sus 30 años de experiencia al volante y ya no le impresionan los famosos.
"Son gente normal, se ponen los pantalones igual que lo hacemos nosotros", indicó entre bromas Sanders, quien afirmó que las mejores propinas vienen de los clientes anónimos.
"Me han llegado a dar 2 mil dólares por un transporte", recordó al tiempo que explicó que la propina más baja se la dio un rostro conocido de la televisión de EEUU.
"Me dijo cómprate un café" y me dio el billete de cinco dólares más viejo que te puedas imaginar. Ese tipo sale en la televisión todos los fines de semana", exclamó.
El conductor relató que la mayoría de los famosos prefieren evitar las grandes limusinas, excepto para eventos especiales, porque les gusta pasar desapercibidos.
Algunos, como Leonardo Di Caprio, demandan vehículos híbridos por el respeto al medioambiente.
EFE
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