Tiene menos grasa y más proteínas, pero químicos afectan sus beneficios alimenticios. En Navidad no sólo se debe comer bien, sino nutritivamente.
En esta navidad el pavo es nuestro invitado especial en las mesas de las familias peruanas. La mayoría lo consume como parte de una tradición ignorando que en esas fechas se alimentara con una carne mucho más nutritiva que otras como el pollo, chancho o res. El pavo no solo tiene menos grasa, también tiene más proteína y beneficios en magnesio y zinc, pero estos nutrientes corren riesgo si se descuida un factor vital en su preparación: el uso de condimentos naturales.
Está comprobado que el pavo es fuente de proteínas, vitaminas del grupo del complejo B y el ácido fólico, y de minerales como el fósforo, el potasio, el magnesio, el hierro y el zinc. Las proteínas son nutrientes que desempeñan un mayor número de funciones en las células de todos los seres vivos, forman parte de la estructura básica de los tejidos (músculos, tendones, piel, etc.) y desempeñan funciones metabólicas y reguladoras (asimilación de nutrientes, transporte de oxígeno y grasas en la sangre). Una carne tan beneficiosa como esta se ve afectada si introducimos químicos al momento de ser condimentada. “Naturalmente es tan rica en vitaminas y minerales. La carne del pavo debe llegar a la mesa navideña no solamente deliciosa sino con su total carga de beneficios nutricionales”, señaló Richard López, de Sazón Lopesa.
La carne de pavo contiene la famosa grasa buena, que ayuda a prevenir problema cardiacos. Las grasas insaturadas que se encuentran en el pavo y en aceites vegetales tienden a reducir los niveles de LDL y colesterol, mientras que las grasas hidrogenadas que se encuentran en las margarinas, mantecas y comida chatarra son una de las causas el aumento de colesterol en la sangre. Por ello, es importante mantener el estado natural del pavo utilizando condimentos naturales que no afecten su original calidad nutricional.
Con esto podrá disfrutar una deliciosa y segura navidad. Aquí, una buena receta para preparar tu pavo en estas fiestas:
Pavo navideño natural
Ingredientes:
1 pavo de 5 o 6 kilos aderezado y listo para hornear
10 rebanadas de pan blanco
1 taza de agua o vino
1 taza de perejil picado
12 cebollitas verdes picadas y un ajo pequeño
6 huevos ligeramente batidos
2 cucharaditas de sal
1/2 cucharadita de pimienta Lopesa
2 cucharaditas de tomillo, salvia o estragón, en polvo
1 taza (2 barritas) de mantequilla o margarina ablandada
1 cucharadita de sal
Preparación:
Haga primero el relleno:
Rocíe el pan con el agua y deje que se empape durante unos 3 minutos. Exprima el exceso de agua y mezcle el pan con el perejil, cebollas, ajo, los huevos, 2 cucharaditas de sal, 1/2 cucharadita de pimienta Lopesa y 2 cucharaditas de la hierba de olor que más le guste.
Rellene el pavo así:
1. Despegue la piel del pavo metiendo la mano entre ésta y la pechuga. Después haga la misma operación con la piel de los muslos y de las piernas. Separe con cuidado cualquier adherencia.
2. Meta el relleno entre la piel y la carne de la pechuga y extiéndalo después hacia los muslos y las piernas.
Arme el pavo relleno y colóquelo con la pechuga hacia arriba sobre unas parrillas, en un molde poco profundo para horno. Embadúrnelo con mantequilla con algo de pan rallado y ajo hecho pomada. Póngale 1 cucharadita de sal y 1/2 de pimienta Lopesa. Métalo en el horno previamente calentado a 375°F. (190°C) durante 45 minutos. Reduzca la temperatura a 350°F. (177°C.) y deje que siga asándose durante 3 horas más. Rocíelo con su propio jugo cada 20 minutos. Sírvalo caliente o a la temperatura ambiente.
Origen de la tradición
El pavo llegó a Europa procedente de América, más concretamente, de México, a principios del siglo XVI. Hernán Cortes, tras probar su carne, lo trajo a Europa, aunque su carne también se llevó a Francia desde Canadá. Se dice que en algunas de aquellas expediciones, los aztecas ofrecieron esa sabrosa carne del animal al que ellos llamaban uexelot (o guajalote).
Cuenta la leyenda que en 1620, los últimos colonos ingleses que desembarcaron en Massachussetts, y que llegaron a bordo del Mayflower, debieron alimentarse durante la travesía de la carne de pavo. Aquel día en que arribaron es que hoy los americanos conocen como Día de Acción de Gracias, fecha especial en que se reúnen las familias comiendo pavo relleno.
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