"Esta es una medida de pánico porque ven que el "sí" está ganando sobre el terreno. Intentan sobornarnos... ", dijo el principal ministro escoces, Alex Salmond
El ministro británico de Economía, George Osborne, anunció este domingo la próxima presentación de un plan que ofrecerá más autonomía a Escocia en caso de que los escoceses voten contra la independencia el 18 de septiembre, tras la publicación de una encuesta que por primera vez da la victoria a los separatistas.
En declaraciones a la BBC, el ministro dijo que los principales partidos parlamentarios del Reino Unido -conservadores, laboristas y liberaldemócratas- han consensuado una transferencia de competencias a la nación histórica que contempla una "mucho mayor" autonomía para gestionar impuestos y servicios públicos.
El ministro principal escocés y líder del independentista SNP, Alex Salmond, consideró el plan un "soborno" y cuestionó la buena voluntad de Londres.
"¿Nos quieren hacer creer que, después de que miles de personas ya han emitido su voto postal, hay un nuevo pacto radical?", se preguntó en declaraciones a la cadena pública.
"Esta es una medida de pánico porque ven que el "sí" está ganando sobre el terreno. Intentan sobornarnos, pero no funcionará porque no les queda credibilidad", afirmó el promotor del plebiscito.
Osborne prometió esa mayor autonomía después de que hoy "The Sunday Times" publicara la primera encuesta que da la victoria al "sí" en el referéndum de independencia del 18 de septiembre.
El sondeo, realizado por YouGov a 1.084 adultos entre el 2 y el 5 de este mes, otorga a los partidarios de la separación un 51 % del voto, frente al 49 % de los contrarios, sin tener en cuenta a los indecisos.
Curiosamente, otro sondeo por Panelbase -normalmente más favorable al bloque independentista- registra un 48 % de apoyo al "sí" frente a un 52 % para el "no".
Osborne reconoció que "está claro" que los escoceses quieren más autonomía, y los "tories" de David Cameron, los liberaldemócratas de Nick Clegg -socios minoritarios en la coalición- y los laboristas de Ed Miliband se ha puesto de acuerdo para concedérsela.
"En los próximos días veréis un plan de acción para dar más competencias a Escocia. Más poderes sobre impuestos, sobre el gasto, sobre el estado del bienestar", reveló.
Y añadió: "Eso se pondría en marcha el momento en que haya un voto negativo en el referéndum".
Osborne instó a los partidarios de la unión a expresarse en las urnas, entre temores de que puedan quedarse en casa mientras los independentistas ejercen en masa su derecho a voto.
En un nuevo intento de subrayar los riesgos de la escisión, el titular de Economía insistió en que una Escocia independiente no podría compartir la libra esterlina con el Reino Unido, algo que reclama Salmond.
"Sin condiciones ni peros. No compartiremos la libra si Escocia se separa del Reino Unido", incidió.
En la recta final de la campaña, los partidarios y opositores de la independencia están subiendo el tono para asegurarse la victoria en la histórica consulta.
Además del cruce de acusaciones entre oponentes, se aprecia una escisión dentro del grupo del "no", "Mejor Juntos", que integran los tres grandes partidos británicos, donde se acusa a los conservadores de ser un lastre por su impopularidad en Escocia.
En un artículo en "The Sunday Mirror", el exprimer ministro laborista Gordon Brown, que es escocés y uno de los líderes de la campaña unionista, afirma que los "tories" de Cameron "dificultan" la captación del voto por sus políticas de austeridad, muy rechazadas en Escocia.
El SNP de Salmond plantea el referéndum del 18 de septiembre como una oportunidad para el autogobierno pero también para huir de las políticas neoliberales de los conservadores, que apenas tienen presencia política en Escocia.
Cuando quedan once días de campaña, el "Times" publica este domingo que la propia reina Isabel II, supuestamente neutra sobre el plebiscito, "está bastante preocupada" sobre la posible secesión de Escocia, pues podría plantear problemas para su jefatura de Estado.
EFE
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