Los atentados de carácter sectario se han incrementado en el último año dentro de un marco general de recrudecimiento de la violencia terrorista en Pakistán.
Al menos 23 personas murieron hoy y cerca de cuarenta más resultaron heridas al explotar dos bombas en un barrio de mayoría chií de la ciudad de Karachi, en el sur de Pakistán.
El ataque, cuya autoría aún se desconoce, ocurrió hacia las 19:30 hora local (14:30 GMT) y un responsable policial del barrio de Abbas Town, donde ocurrió la tragedia, afirmó que es posible que aumente el número de fallecidos.
Otra fuente de la Policía de Karachi detalló que las dos bombas explotaron con cinco minutos de diferencia y que la primera de ellas estaba colocada en una motocicleta aparcada en la calle.
Medios locales elevan la cifra de muertos y precisan que el ataque tuvo lugar en las cercanías de una mezquita.
El primer ministro, Rajá Pervez Ashraf, condenó el atentado y afirmó mediante un comunicado que "los que apuntan a civiles inocentes sirven a los intereses de elementos contrarios al Estado y a la sociedad".
Los atentados de carácter sectario se han incrementado en el último año dentro de un marco general de recrudecimiento de la violencia terrorista en Pakistán.
Hace tres meses un atentado con motocicleta bomba mató a tres personas de confesión chií frente a un centro de culto de esta rama minoritaria del islam en el mismo barrio de la ciudad portuaria de Karachi, la más poblada del país asiático.
En dos de las peores masacres de sectarias de la historia de Pakistán, más de 200 personas murieron los pasados meses de enero y febrero en dos ataques casi idénticos perpetrados contra la comunidad chií de la ciudad occidental de Quetta.
Esas matanzas han provocado airadas protestas de la minoría chií (cerca del 20% de la población), pero las autoridades paquistaníes se muestran impotentes para frenar la creciente sangría que sufre este grupo religioso.
EFE
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