Según el Ejército de Filipinasunos 50 insurgentes atacaron la comisaría de la localidad de Matanao, donde murieron en el acto dos agentes, mientras que un tercero falleció en el hospital.
Al menos 12 personas, diez de ellas agentes, han muerto en los enfrentamientos registrados este lunes entre las fuerzas policiales filipinas y miembros del grupo rebelde comunista Nuevo Ejercito del Pueblo (NEP) en el sur del país, mientras que otras 8 personas resultaron heridas.
Según el comandante Jake Obligado, del Ejército de Filipinas, unos 50 insurgentes atacaron la comisaría de la localidad de Matanao, en la provincia de Davao del Sur, sobre las 04.30 hora local (20.30 GMT del domingo), donde murieron en el acto dos agentes, mientras que un tercero falleció en el hospital.
Tras el ataque, una fuerza conjunta de policías y militares que había ido tras los rebeldes con el apoyo de cuatro helicópteros consiguió dar con ellos y mató a dos de los insurgentes en el nuevo fuego cruzado que se desató.
Una horas después, una mina antipersona colocada por el NEP explotó al paso de un batallón de infantería que había sido enviado a la zona como refuerzo y causó la muerte de siete soldados e hirió a otros siete.
La semana pasada, 17 militares y civiles resultaron heridos en la explosión de otra mina de los rebeldes comunistas explotó en el municipio de Bansalan, en el sur de Filipinas.
Las ambulancias que acudieron al rescate de los heridos también fueron atacadas con explosivos.
El NEP, brazo armado del ilegal Partido Comunista de Filipinas, cuenta con unos 6.000 combatientes regulares y lleva cerca de 45 años alzado en armas contra las fuerzas gubernamentales, en un conflicto que ha causado cerca de 30.000 muertos.
EFE
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