Al menos el 70 por ciento de los edificios de Tacloban quedaron destruidos.
Tras el desastre ocurrido en Filipinas, el presidente Beningno Aquino declaró al país en estado de calamidad a raíz de la devastación causada por el tifón Haiyan.
Según un medio internacional, existe la posibilidad que el Gobierno filipino suba los precios a los artículos de primera necesidad.
La falta de víveres ha hecho que la situación en la población sea insostenible, a la par que miles de personas buscan y ruegan por un asiento en los helicópteros militares para abandonar la ciudad.
Además se han enviado efectivos de la Policía Nacional de Filipinas y el Ejército para asegurar la paz y el orden en la región.
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