El padre de Bryan Pintado lamentó que no haya responsables por la represión policial hasta el momento. Según indicó los familiares de las víctimas tienen la impresión de que el caso se dirige a la impunidad.
Grupos de manifestantes se reunieron este sábado en el cruce de las avenidas Nicolás de Piérola y Abancay para exigir justicia por las muertes de Inti Sotelo y Bryan Pintado a casi dos meses de la marcha del 14 de noviembre de 2020 contra el Gobierno de Manuel Merino.
En declaraciones a RPP Noticias, Oscar Pintado, padre de Bryan, lamentó que hasta el momento no se haya identificado a los agentes de la Policía Nacional responsables por el deceso de los jóvenes. Aseguró que tienen la sensación de que el caso se dirige a la impunidad.
“Esto está siendo dirigido hacia la impunidad, porque ya son casi dos meses y hasta ahora no hay responsables ni administrativamente ni penalmente. Ni siquiera han culminado con las declaraciones de los testigos ni de los policías involucrados”, indicó.
Recordó que en su discurso ante el Congreso el día que asumió el poder, el presidente Francisco Sagasti les prometió un proceso con todas las regularidades que permita dar con los responsables; sin embargo, no ven avances.
“Él nos prometió toda la regularidad para que este proceso llegue a buenos términos, es decir para que se encuentre a los responsables de estas muertes; sin embargo, hasta el día de hoy no hay absolutamente nada de eso”, sostuvo.
Manifestación
Los manifestantes partieron al cruce de Nicolás de Piérola y Abancay desde la Plaza San Martín, donde se habían congregado horas antes para denunciar impunidad en este caso.
Una vez en allí realizaron el cambio de carteles y banderolas en el mural que se levantó en memoria de ambos jóvenes. También algunos de sus familiares dejaron arreglos florales, los cuales dijeron esperar no sean retirados.
Inti Sotelo y Bryan Pintado fallecieron la noche del sábado 14 de noviembre a causa de múltiples impactos de perdigones disparados por la Policía Nacional, durante la marcha contra el Gobierno de Manuel Merino. Producto de la represión policial ese día otras 200 personas resultaron heridas.
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