La película no colma las expectativas de un cinéfilo acostumbrado al verdadero terror. Es así, que no puede convertirse en un catálogo de triquiñuelas del horror.
Disfrazada con toda la parafernalia que acompaña al buen cine de terror, 'Extrañas apariciones', protagonizada por Virginia Madsen y Elias Koteas, se resiente por una historia que pisa todos los lugares comunes del género hasta hacer al espectador inmune al desasosiego.
'Extrañas apariciones', dirigida por Peter Cornwell, no puede evitar, pese a su gravedad, convertirse en un catálogo de triquiñuelas del horror: casa encantada -con sótano y desván, por supuesto-, fantasmas que necesitan hacer justicia a una tragedia pasada -y que no dejan de incordiar en el presente-, fanatismo religioso y ectoplasma.
Todo ello, bajo la mirada dubitativa de un adolescente con una enfermedad terminal, Matt, que no sabe si está alucinando por su tratamiento de quimioterapia o si realmente tiene habilidades para comunicarse con el más allá. Mientras, toda su familia irá pasando del escepticismo a la histeria.
El envoltorio tampoco tiene problemas en hacer una recopilación de "grandes éxitos" de la estética del pánico: desde la fotografía antigua color sepia al estilo "Los otros", hasta los violines rasgados a lo Hitchcock y el solo de piano al estilo "La profecía", pasando por los vientos intermitentes y tormentas eléctricas que enfatizan cualquier intento de atmósfera misteriosa.
Con estos elementos, aunque hay que reconocerle a la película su corrección, es muy fácil para el espectador componer las piezas que completan el puzzle o, simplemente perder el interés en la historia, ya que el elemento fundamental para este tipo de cine, la sorpresa, acaba siendo el verdadero fantasma de la película. Nunca llega a aparecer.
Y así, pese a su vocación realista fruncida con ese siempre peligroso "basado en hechos reales", 'Extrañas apariciones' acaba recurriendo al efectismo para mantener la atención del espectador.
Durante la proyección de la película, existen muchos sobresaltos, pero no son muy distintos a los que provoca al televidente el aumento del volumen con la llegada de la interrupción publicitaria. Al crear este efecto cada tres minutos durante casi dos horas, por momentos se crea un señuelo de tensión.
Finalmente, la película intenta, como último recurso, compensar sus carencias con interpretaciones innecesariamente intensas de sus protagonistas.
Elias Koteas, gran secundario de películas como "La delgada línea roja" o "Las flores de Harrison", se encarga del exorcismo propiamente dicho, mientras que una espléndida Virginia Madsen intenta llevar ella sola la tensión dramática de una familia de folletín.
'Extrañas apariciones' pese a todo, debutó en el número uno de la taquilla estadounidense en primavera, y se estrena ahora en España con la intención de convertirse en un refresco terrorífico para el verano. El 27 de agosto, además, llegará a los cines argentinos.
EFE
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