La guerrilla insistió en una salida política para ponerle fin al conflicto que vive Colombia desde hace casi medio siglo.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), reiteraron que no tienen secuestrados con fines de extorsión e insistieron en una salida política para ponerle fin al conflicto que vive el país andino desde hace casi medio siglo.
Así lo expresó alias "Iván Márquez" en una carta enviada a la periodista María Jimena Duzán, a propósito de una misiva de la comunicadora a Luciano Marín Arango, verdadero nombre del guerrillero que integra el "secretariado" o máxima jerarquía de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En esa carta, Duzán le preguntaba a las FARC cómo le iba a responder la guerrilla a las víctimas del secuestro.
"Previamente al anuncio, Timoleón Jiménez (máximo jefe de las FARC), nuestro comandante, hizo una consulta a todos los Bloques, y la verdad es que ninguno de ellos tiene personas retenidas con ese propósito", señala el jefe guerrillero en la carta publicada por Revista Semana, de la que Duzán es columnista.
Márquez señala que la organización no gubernamental (ONG) País Libre, a la que califica de "organización para-gubernamental" mentirosa, "necesita justificar las ayudas internacionales e institucionales que recibe".
Critica a la comunicadora porque "no nos cree cuando anunciamos el fin de las retenciones económicas y en cambio nos exige más y más gestos de paz, y ni uno solo al gobierno".
En la carta, fechada el 20 de abril "en las montañas de Colombia", Márquez recuerda que las FARC han liberado "a unos 500 prisioneros de guerra capturados en combate, recibiendo del Estado reciprocidad cero".
De otro lado, dice Márquez que las FARC están dispuestas a la firma de "un tratado de regularización de la guerra, que recoja las especificidades del conflicto colombiano para hacer menos dolorosas sus consecuencias".
Y reitera que "propendemos por un acuerdo de paz, un nuevo contrato social que ponga fin a la confrontación bélica removiendo las causas que la generan".
Señala, además, que pretender que las FARC entreguen las armas y se desmovilicen "es tan solo una ilusión seráfica", en concordancia a lo expresado en abril pasado por Rodrigo Londoño Echeverri, alias "Timoleón Jiménez", máximo cabecilla de esa guerrilla, la más antigua de América.
El jefe rebelde también llamó a parar la "locomotora del desarrollo" de la que dijo "se lleva el petróleo, el carbón, el oro y el ferroníquel", recursos que a su juicio se deberían emplear "en la solución de los graves problemas sociales del país".
Criticó el hecho de que el Gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, no hubiese permitido que un grupo de mujeres gestoras de paz visitara centros carcelarios del país en los que se verificaría "las condiciones de reclusión de los guerrilleros y de los miles de prisioneros políticos", tras la liberación, el pasado 2 de abril, de los diez últimos policías y militares que estaban en su poder.
Por último aseguró que "después de andar todos estos años con un fusil en las manos y la flama de la paz en el corazón" está convencido de "tener más razones que nunca para luchar por el ideal de dignidad de un pueblo hasta las últimas consecuencias".
En las últimas semanas las FARC han sido criticadas fuertemente por el Gobierno y por organizaciones nacionales y extranjeras al retener, desde el 28 de abril, al periodista Roméo Langlois, corresponsal del canal France 24 y el diario Le Figaro.
El reportero fue retenido por FARC en medio de un combate entre guerrilleros con policías y militares, a los que Langlois acompañaba para registrar un operativo de destrucción de laboratorios de drogas, en el departamento del Caquetá.
Para las FARC, Langlois es "prisionero de guerra", del que dicen "pronto" liberarán.
EFE
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