La polémica se desencadenó cuando Robert Ménard, burgomaestre de Béziers, dijo en una entrevista que "el 64,6 % de los alumnos" de su jurisdicción es de confesión musulmana.
La Justicia francesa abrió hoy una investigación al alcalde de Béziers (sureste), el ultraderechista Robert Ménard, al dar a entender que había censado a los alumnos musulmanes de las escuelas, lo que motivó su condena por parte de las más altas autoridades políticas del país.
"En un país como Francia, fichar a alumnos en las escuelas a partir de los apellidos para aparentemente determinar su religión es contrario a todos los valores de la República", declaró el presidente del país, François Hollande.
El jefe del Estado, que se encontraba de viaje en Arabia Saudí, aseguró que en su Gobierno "no se tolerará" esta actitud del primer edil independiente apoyado por el ultranacionalista Frente Nacional.
La polémica la desencadenó anoche Ménard -fundador y antiguo secretario general de Reporteros sin Fronteras de 1985 a 2008- en una entrevista a la televisión pública "France 2" al afirmar que "el 64,6 % de los alumnos de Béziers son de confesión musulmana".
En el cargo desde 2014, el alcalde aseguró ser consciente de que su cargo no le "daba derecho" a clasificar a los alumnos y admitió haber elaborado el censo apoyándose en las supuestas connotaciones religiosas que atribuye a los apellidos de los niños.
La Fiscalía de Béziers anunció hoy la apertura de una investigación preliminar con el objetivo de esclarecer si el comportamiento del regidor es contrario a una ley de 1978 que prohíbe tratar datos "relativos a los orígenes de personas".
"Estos actos no pueden quedar sin consecuencias. Cuando se trata de lo esencial, la República y sus valores, los cargos públicos deben ser ejemplares", declaró el primer ministro, Manuel Valls, ante la Asamblea Nacional.
El jefe del Gobierno tachó la actitud de Ménard de "vergonzosa" en un mensaje colgado en la red social Twitter.
La ministra de Educación, Najat Valaud Belkacem, alertó, por su parte, contra la "instrumentalización de una religión" y aseguró que "la extrema derecha no ha retenido nada de las lecciones de la historia".
Esta tarde, cuatro agentes de la policía judicial realizaron un registro en el Ayuntamiento de la ciudad, mientras Ménard convocó una rueda de prensa en la que aseguró que nadie ha fichado ni fichará a los niños en Béziers con criterios etno-religiosos.
Pero a continuación hizo hincapié en que ese tipo de estadísticas "existen", que es precisamente la izquierda que tanto le critica la que "las promueve", por ejemplo a través del Observatorio de las Discriminaciones, y que el mismo Valls se había declarado a favor de legalizarlas en 2009 cuando era alcalde de la ciudad de Evry.
"Lo que molesta a la izquierda no son las estadísticas, sino lo que revelan de la situación", comentó, y añadió que "hay que poner fin a la hipocresía y hablar de la inmigración libremente".
Ménard dijo que está a favor de que se legalice esa contabilidad étnico-religiosa, como en otros países -puso los ejemplos de Estados Unidos y Brasil-, porque sería útil para tomar decisiones cuando hay escuelas con una alta proporción de inmigrantes.
"¿Creen que yo tengo interés en señalar a los niños cuyos padres vienen de Argelia o de otras partes? Yo lo que quiero es ayudarlos", aseguró.
Poco después, consideró que en su ciudad "hay un número demasiado alto de inmigrantes", de forma que "la integración es imposible, sin hablar de la asimilación".
En Francia las estadísticas étnicas están prohibidas por ley y sólo la Comisión Nacional de la Informática y las Libertades puede autorizarlas de forma excepcional, esencialmente con fines científicos.
EFE
Comparte esta noticia