Un informe habla de hasta 10 billones de becquereles de estroncio y 20 billones de becquereles de cesio, cifras docenas de veces superior a las cantidades permitidas por el Gobierno.
La operadora de la central nuclear de Fukushima cree que desde mayo de 2011 podría haber vertido en total al mar agua que contenía unos 30 billones de becquereles de material radiactivo, mucho más de lo estimado anteriormente, informó hoy la cadena NHK.
Un informe publicado esta semana por Tokyo Electric Power (TEPCO) habló de hasta 10 billones de becquereles de estroncio y 20 billones de becquereles de cesio filtrados al océano Pacífico frente a la central, golpeada por el terremoto y el tsunami de marzo de 2011.
Esta cifra es docenas de veces superior a las cantidades permitidas por el Gobierno nipón en caso de accidente, incluso teniendo en cuenta que el cálculo se realizó excluyendo los dos primeros meses de la crisis nuclear, cuando se descargó la mayor cantidad de agua contaminada.
TEPCO explicó que el cálculo se basa en niveles radiactivos detectados en la bahía frente a la central y en la idea de que se siguieron produciendo fugas al mar desde mayo de 2011, aunque admitió que fijar el volumen exacto requerirá más estudios porque la tierra absorbe muy rápidamente el cesio y el estroncio.
Por otra parte, portavoces de la eléctrica citados por NHK explicaron que temen que la última fuga que se detectó esta semana en un tanque la central, de unas 300 toneladas de agua altamente contaminada, pueda haber llegado al mar a través de una zanja situada a 50 metros del contenedor defectuoso.
Los operarios detectaron niveles de 6 milisieverts por hora en esa zanja, que va a parar al océano, al sur del muelle que hay frente a la central.
Esto contradice lo dicho el martes por TEPCO, cuando descartó inicialmente que esa agua, que ha provocado emisiones altísimas (unos 100 milisieverts por hora) en la zona de la filtración, alcanzara el estuario.
La fuga de este contenedor se suma al problema de la acumulación de agua contaminada en los sótanos de los edificios de los reactores, que aumenta en cerca de 400 toneladas diarias y supone el principal desafío de cara a desmantelar de manera segura la central.
Esa acumulación se produce porque el líquido utilizado para refrigerar los reactores se filtra en parte a los sótanos, al tiempo que las aguas naturales del subsuelo procedentes de las zonas colindantes penetran también en los edificios.
Debido a esto, se cree que la central vierte unas 300 toneladas diarias de agua contaminada al Océano Pacífico, según los cálculos del Gobierno nipón.
EFE
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