Policía solicitó el sábado tres días más de detención para el presunto homicida, conocido como "Yago", quien hasta hace cinco meses trabajaba como ayudante en el convento San Francisco.
Las huellas dactilares y los chips de los celulares de las víctimas, son los indicios que incriminan a Carlos Navarro, en el asesinato del sacerdote puertorriqueño Linán Ruiz Morales (73) y su asistente Albany Águila Cruz (26).
La Policía solicitó en la víspera tres días más de detención para el presunto homicida, conocido como "Yago", quien hasta hace cinco meses trabajaba como ayudante en el convento San Francisco, informa el diario El Comercio.
El detenido fue trasladado a la Dirección de investigación Criminal (Dirincri) luego de ser capturado la mañana del viernes último en Cañete.
Navarro, quien posee antecedentes penales, se habría escondido en la referida provincia desde el sábado de la semana pasada, día posterior a la ejecución del crimen, ocurrido el 27 de agosto.
Cabe precisar que fue gracias a los chips de los celulares del sacerdote y su ayudante, en poder de Carlos Navarro, que fue posible rastrear el paradero del presunto criminal, quien el 2006 fue investigado por el asesinato de un marino.
De otro lado, el medio refiere que el Arzobispado de Lima informó que no se pronunciará sobre lo publicado por "El Nuevo Día" de Puerto Rico en torno a que el religioso no podía oficiar como cura por actos de conducta impropia cometidos contra un menor cuando estaba en su país.
La Policía solicitó en la víspera tres días más de detención para el presunto homicida, conocido como "Yago", quien hasta hace cinco meses trabajaba como ayudante en el convento San Francisco, informa el diario El Comercio.
El detenido fue trasladado a la Dirección de investigación Criminal (Dirincri) luego de ser capturado la mañana del viernes último en Cañete.
Navarro, quien posee antecedentes penales, se habría escondido en la referida provincia desde el sábado de la semana pasada, día posterior a la ejecución del crimen, ocurrido el 27 de agosto.
Cabe precisar que fue gracias a los chips de los celulares del sacerdote y su ayudante, en poder de Carlos Navarro, que fue posible rastrear el paradero del presunto criminal, quien el 2006 fue investigado por el asesinato de un marino.
De otro lado, el medio refiere que el Arzobispado de Lima informó que no se pronunciará sobre lo publicado por "El Nuevo Día" de Puerto Rico en torno a que el religioso no podía oficiar como cura por actos de conducta impropia cometidos contra un menor cuando estaba en su país.
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