Wilson Hernández, investigador de la Universidad de Lima, ingresó a los penales de Lurigancho y Castro Castro para entrevistar a hombres condenados por feminicidio, intento de feminicidios, agresión sexual, entre otros. Su estudio busca rebatir la percepción generalizada que homogeniza a los agresores como “enfermos mentales”.
El investigador de la Universidad de Lima Wilson Hernández realizó un estudio titulado “Violencia contra las mujeres: Patrones de victimización y Tipología de agresores”. Luego de entrevistar a 344 reos de los penales de Lurigancho y Castro Castro, identificó tres tipos de agresores peruanos.
En diálogo con Ampliación de Noticias en RPP Noticias, Hernández indicó que su investigación partió de una idea muy extendida en la ciudadanía y es que se “tiende a homogenizar a los agresores” y que “todos los agresores de mujeres son locos, por lo que no tienen la culpa de lo que hacen”.
“Recogimos una muestra de 344 reos, hombres condenados por feminicidio, intento de feminicidio, agresión sexual y hallamos que hay 3 tipos de agresores: violentos limitados a lo familiar de baja y de alta intensidad y los violentos en general”, dijo Hernández.
Violentos limitados a lo familiar
Hernández dijo que los violentos limitados de baja intensidad “tienen muy poca probabilidad de ejercer violencia grave contra su pareja. Mientras que los de alta intensidad tienen una “probabilidad alta de ejercer violencia grave”.
Una característica común en estos dos grupos es que “tienen muy baja presencia de trastornos de personalidad. Es decir, no tienen mayor problema mental que podrían estar asociado a agresiones”.
Violentos en general
Hernández señaló que hay una proporción pequeña de este tipo de agresores: solo el 9% de la muestra de 344 hombres en cárcel encajaron en ese perfil.
“Tienen varias características: ejercen coerción, violencia física, violencia psicológica y sexual. Todo el paquete completo. Además de eso, tienden a ser agresivos con terceros. Son tipos violentos en general”, detalló.
Otra característica importante es que los hombres que encajan en este perfil presentan trastornos de personalidad: antisocial, de personalidad limítrofe y dependiente. “Son personas que tienen poca capacidad de respetar los derechos de otra persona”, manifestó.
El investigador señaló, sin embargo, que la presencia de estos trastornos no hace necesariamente al agresor inimputable en un proceso penal.
Educación de género desde niños
Hernández dijo que estos tres tipos de agresores “tienen una percepción alta de pensamientos distorsionados sobre la mujer, de justificación de la violencia y de sexismo”.
“Hay un concepto aprendizaje social. Es decir, yo voy aprendiendo de mi ambiente cómo tengo que tratar a los otros: a los que son blancos, a los que son negros, a las mujeres”, manifestó.
En ese sentido, afirmó que los estereotipos “aparecen muy tempranos en la vida y en la adolescencia se refuerzan”.
“Si uno tiene amigos y dicen ‘si ella usa falda, hagámosle esto o está provocándonos’. Esas ideas van calando. Por eso la educación basada en género es importante hacerlo desde muy pequeños”, dijo.
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