Fue al comentar sobre la columna de opinión de Diego de la Torre, quien escribió en un diario local su visión sobre César Vallejo y Julio Ramón Ribeyro.
El escritor Iván Thays criticó el ‘patriotismo’ peruano que solo celebra victorias y cuya misión principal es elevar la autoestima de los ciudadanos, dando como ejemplo la ‘Marca Perú” que promueve el gobierno para promocionar el país.
Fue al comentar sobre la columna de opinión de Diego de la Torre, quien escribió en un diario local su visión sobre César Vallejo y Julio Ramón Ribeyro, que generó polémica y rechazo en las redes sociales.
“Estoy en contra de ese patriotismo de nuevo cuño que celebra solo victorias y cuya misión principal es elevar la autoestima de los ciudadanos. Tampoco acepto el oportunismo de expropiar caras de escritores y citar frases sin contexto ("Hay hermanos muchísimo que hacer") para diseñar polos o billetes, y que sirven más como decorado para un folleto turístico que como inducción a la lectura o validación de un bien cultural. Hace 120 años nació César Vallejo y, por lo visto, la incomprensión que obtuvo de sus compatriotas contemporáneos (que lo hizo refugiarse en París y no regresar jamás) sigue vigente en este nuevo país puesto al servicio de la "Marca Perú", escribe Thays.
En una nueva entrada de su blog en El País, el escritor cuestiona la escasa información de Diego de la Torre y que malinterprete las obras de Vallejo y Ribeyro; asimismo, critica que “en las redes sociales abunden las pirañas en busca de carne para despedazarla”.
“El artículo (que Diego de la Torre publicó en El Comercio) ha resbalado en el fangoso estanque de las redes sociales, donde miles de pirañas esperan diariamente su ración de carne fresca para despedazarla a mordiscos, y el autor ha terminado empalado por tweets y comentarios en el Facebook con insultos y descalificaciones sin argumentos”, señala Thays.
“Muchos de esos indignados no han leído, ni leerán, una línea de Julio Ramón Ribeyro o de César Vallejo, pero la simple crítica contra algo que representa "lo peruano" es suficiente para encender antorchas y salir de cacería”, agrega.
Asimismo, lamenta que De la Torre “sustente una idea improbable, como decir que una obra puede dañar el subconsciente nacional, o prejuiciosa, como dar a entender entre líneas que los autores representativos deben escribir libros optimistas para favorecer la autoestima de sus países, sino que, además, ha leído de manera superficial y frívola los autores que menciona, y en especial a César Vallejo, quien está muy lejos de ser un derrotista”.
“Lo que no llega a entender Diego de la Torre es que todos los artistas crean sus obras a partir del descubrimiento de las fracturas del mundo. Mario Vargas Llosa ha explicado hasta el hartazgo que los escritores escriben para "mejorar la realidad", y que esa necesidad aparece cuando se quiebra la relación con el mundo y empieza una actitud crítica”, agrega.
Señala que debe quedar claro que cuando César Vallejo escribe: "Yo nací un día en el que Dios estuvo enfermo" no está expresando una idea derrotista sino su disconformidad frente al mundo, atestiguando que existe una idea de justicia implantada por un superior (llámese Dios o quien sea) contra la que se subleva.
“La poesía de César Vallejo, hermética, revolucionaria con el lenguaje, con un mensaje claro pero jamás condescendiente con el lector, sigue viva con el paso de los años y gracias a eso logra desmarcarse al mismo tiempo de quienes, como Diego de la Torre, quisieran convertirla en un slogan, y de sus irritados enemigos patrioteros de las redes sociales, lectores de tweets incapaces de dedicar quince minutos para intentar entender la profundidad humana y la genialidad de un poeta que es mucho más que un dibujo en una camiseta”, finaliza.
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