La pasión amorosa de los niños

Sus amores inmensos, sus gestos de ternura, y el derroche de palabras tiernas hacia ellos. Las mujercitas suelen expresarlo más con su padre, y el hombrecito con su madre. 

Cuando se conversa en consulta con niños pequeños sobre el vínculo con su padre es fascinante escuchar las respuestas de las criaturas cargadas de afecto, emoción, pasión, y ternura hacia sus progenitores. 

El amor que tiene el niño a su madre escapa en mucho de la comprensión que uno puede tener de este vínculo. El modo de amar de un niño es grandioso y aunque no sea muy creíble más fuerte que el de la madre hacia su hijo. 

Ya Winnicott lo afirmó en su célebre frase: “es necesario que la madre sea suficientemente buena” lectura que nosotros le damos como entendiendo que no hay posibilidad que sea perfecta es decir, que cubra todas las urgencias de amor que una niña/o pueda demandar de su progenitora. Un niño puede sentir como más importante que la comida o que el juego el darle amor a su madre y recibir mucho de ella. 

En casi todos los hogares es muy común encontrar diálogos como este: 

¿Mamita cuánto me quieres?

Yo te adoro hijita, te quiero como un millón.

Yo te quiero mucho más, como mil millones de millones, como todo el universo. 

Esa parte amorosa es fácil de entender y también, si la madre es saludable es fácil de corresponder aun sabiendo que no le puede dar todo lo que su hija/o la demanda, sin embargo, en el enigma Edípico de la infancia hay otro factor que es más importante que el del amor, y ese es el saber separarse.

La infancia de los niños es una de las etapas más bellas y nutridas de amor desde muchos aspectos. Es bueno saber que los padres pueden retribuir al amor de sus hijos siempre, más allá de si es niño/a. El amor hace crecer a los niños en todo sentido.

Finalmente, los grandes amores de los niños por sus padres, e inicialmente por la madre son fabulosos, sin embargo, como menciono líneas arriba debe ser gradual el llegar a separarse de la madre. Quien se interpone en la diada madre e hijos, ya que es necesaria y saludable para el desarrollo emocional del niño/a “el padre”. 

Aporte brindado por: Dra. Maribel Briceño- Psicóloga Clínica - Psicoterapeuta -Máster en Asesoramiento Familiar. 

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Nuestra invitada: Dra. Maribel Briceño

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Producción: Claudia Alarco La Cruz