El dolor de cabeza de las autoridades de Hollywood está en el cierre de las calles en los alrededores del ex teatro Kodak, previo a la noche de las premiaciones.
Este domingo centenares de curiosos, entre turistas, fanáticos y periodistas, se acercarán a las barreras de seguridad en busca de las estrellas de Hollywood, muchos harán hasta lo imposible para obtener la mejor ubicación.
Por ello y como cada año los organizadores de esta velada glamorosa entienden que las medidas de seguridad son necesarias para proteger a los famosos de fans desatados, acosadores o terroristas que busquen salir en los titulares.
Dentro del perímetro de seguridad, los trabajadores llevan días a toda prisa para desplegar la alfombra roja y cubrirla con una lona impermeable, de forma que esté perfecta para la gran noche. Otros se encargan de colocar pantallas gigantes, señales, luces y reproducciones a gran tamaño de los Oscar.
Sin embargo, el dolor de cabeza de las autoridades de Hollywood está en el cierre de las calles en los alrededores del ex teatro Kodak, previo a la noche de las premiaciones.
En tanto los más de 1,500 periodistas de todo el mundo que cubren la velada tendrán que atenerse a las estrictas normas, pues ellos pueden ser expulsados de la ceremonia por tomar una fotografía en el lugar equivocado o por atreverse a aparecer en el “backstage” vestidos con ropa informal, como jeans.
Incluso estrellas como Brad Pitt, Angelina Jolie y George Clooney tendrán que enseñar sus tarjetas de identidad para poder entrar al teatro y apreciar el espectáculo.
Desde el viernes y hasta el domingo de la gala, los resultados finales sólo los conocen dos personas en el mundo. Ellos son Rick Rosas y Brad Oltmanns, quienes muy cuidadosamente resguardan los sobres con los nombres de los ganadores.
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