El concepto de madre soltera y el modelo familiar que implicaba es común desde hace tiempo, pero ¿y el de padre soltero?.
Una nueva realidad se impone. Las familias monoparentales, que siempre se salieron de lo convencional o de lo que la sociedad estableció como tal, son cada vez más frecuentes.
Estos hombres, que siguen siendo un porcentaje mucho menor al de las madres solteras, deben enfrentarse por un lado a las dificultades siempre sujetas a criar a un niño, más al hecho de no compartir esta labor con nadie y, además, a una especie de prueba que les plantea la sociedad, que no espera o no cree que un hombre pueda realizar esta tarea satisfactoriamente.
Aceptar la responsabilidad total de los hijos no es tarea fácil, hay que conjugar muchas obligaciones, desde el trabajo fuera de casa, a preparar la comida, arreglar el hogar, lavar la ropa, ayudar a los niños en las tareas escolares. Es conveniente evitar las presiones sociales externas, pero sin caer en la soledad, se debe buscar ayuda.
En el caso de los padres solteros, viudos o divorciados, un ejemplo de la sobre compensación sucede cuando un hijo carece de algo tan importante como es tener dos papás, el padre soltero tiende a sobre compensar esta ausencia con un exceso de bienes materiales, a la postre esto sólo logra hacer a los hijos personas caprichosas y tal vez hasta inseguras.
En el caso de divorcio, el sentimiento de culpa por el dolor causado a los hijos antes y durante el trance del divorcio, que lógicamente conlleva un gran sufrimiento para los hijos, hay padres que tienden a compensar este dolor con una excesiva suavidad en su disciplina, la cual relajan a niveles extremos convenciéndose a sí mismos de que es lo mejor para que sus hijos no sufran mas, pues ya sufrieron bastante.
En el caso de los papás viudos, y me refiero en este caso a los hombres, en ocasiones intentan llenar el hueco que quedó en su vida tanto a nivel personal como al haber perdido a la madre de sus hijos, y se vuelven a relaciones personales para encontrar una nueva pareja, una búsqueda legitima por supuesto, pero que muchas veces en ese afán de sobre compensar la pérdida, se distraen de sus hijos sin ellos darse cuenta.
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