"No podía hacer nada. Estaba solo en una situación muy peligrosa. Intenté controlarme y no mostrar al mundo lo que pasaba. Lo siento mucho", afirmó el intérprete Thamsanqa Jantjie.
El intérprete de lenguaje de signos que tradujo las intervenciones de los jefes de Estado durante el servicio religioso de Nelson Mandela, al que la Federación de Sordos de Sudáfrica acusó de ser "falso", alegó hoy que sufrió un episodio esquizofrénico que le distrajo en el acto.
En declaraciones que publica hoy el diario local "The Star", Thamsanqa Jantjie, de 34 años, señaló que, de repente, empezó a escuchar voces en su mente y a tener alucinaciones, lo que le hizo perder la concentración el pasado martes en el estrado del estadio FNB de Johannesburgo, abarrotado por miles de personas.
De esa manera, Jantjie admitió que sus gestos no tenían ya ningún sentido.
"No podía hacer nada. Estaba solo en una situación muy peligrosa. Intenté controlarme y no mostrar al mundo lo que pasaba. Lo siento mucho", afirmó el intérprete.
"La vida -lamentó- es injusta. Esta enfermedad es injusta. Quien no entienda esta enfermedad pensará que me lo estoy inventando".
Su empresa, SA Interpreters, comunicó a Jantjie el pasado lunes, un día antes de la ceremonia religiosa, que haría labores de traducción en el histórico evento, una responsabilidad que enorgulleció al joven.
La empresa iba a pagarle 850 rands (unos 60 euros) por esa jornada de trabajo.
Según el diario sudafricano, el Gobierno se ha puesto en contacto con Jantjie a fin de preguntarle quién le recomendó para ese cometido e investigar el asunto.
La Federación de Sordos de Sudáfrica denunció ayer que el intérprete era "falso".
SIGNOS NO TENÍAN SENTIDO ALGUNO
Al parecer, los signos que utilizó no tenían sentido alguno, y tampoco empleó ningún gesto facial, técnica que usan los intérpretes para transmitir las emociones.
"Fue un fraude total y absoluto", aseguró la directora de la Escuela de Educación del Lenguaje de signos de Ciudad del Cabo, Cara Loening, en declaraciones a la agencia de noticias sudafricana Sapa.
"Sus movimientos no tenían nada que ver con el lenguaje de signos, sólo estaba agitando sus manos", agregó Loening, quien considera que fue una "burla" hacia la memoria de Mandela y para todos los que asistieron y vieron el acto a través de televisión.
La alarma saltó durante el propio oficio religioso, cuando comenzaron a publicarse mensajes al respecto en las redes sociales.
"Por favor, ¿puede alguien pedir al intérprete que abandone el escenario? Es vergonzoso", decía uno de ellos.
"Es un evento que todo el mundo está mirando, pero las personas sordas no pueden entender ni una sola palabra de lo que se está diciendo", añadía otro mensaje, según el diario "Mail & Guardian".
EFE
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