La competición de estos anfibios saltarines es celebrada en un pequeño lugar de la comarca montañosa de Gorski Kotar (Croacia).
Superando en un último esfuerzo a Jaqueline Negra y dejando sin aliento a sus hinchas, Mario alcanzó 190 centímetros en dos saltos y ganó así la 37 edición de la "Noche de Ranas", competición de estos anfibios saltarines celebrada en un pequeño lugar de la comarca montañosa de Gorski Kotar (Croacia).
La competencia de saltos se llevó a cabo durante el tradicional "Festival de las Ranas" que, convertido en una atracción turística pero amenazado por la creciente emigración, se celebra anualmente en la localidad montañosa croata de Lokve, a unos 130 kilómetros al sur de Zagreb.
Situada en un hermoso ambiente natural de bosques, arroyos, senderos para peatones y bicicletas, así como un gran lago artificial, la pequeña ciudad de Lokve, que tiene solo una industria de madera y la rana como su principal marca turística, se ha venido empobreciendo en los últimos decenios, al igual que toda la comarca.
Corren rumores de que por falta de recursos no volverá a abrir el "Museo de las Ranas" local, cerrado por trabajos de construcción, en el que se exhiben más de un millar de estos batracios disecados de todo el mundo.
"Hace diez, veinte años, esto sí que era una gran fiesta. Ahora en Lokve queda poca gente ya que muchos se han ido por razones económicas. Además, antes venían muchos eslovenos e italianos, pero también ellos están en crisis", comentó a Efe Robert, habitante de una aldea cercana que cada año acude al certamen.
No obstante, al menos durante la Noche de las Ranas no falta la diversión.
En una difícil contienda entre 38 ranas en la primera vuelta y 20 de las mejores en la segunda y tercera vueltas, Mario saltó 190 centímetros en dos saltos, dejando atrás a Jaqueline Negra en el segundo lugar, con 180 centímetros, y a Buba, en el tercero.
Así ha ganado para sus "dueños" un fin de semana en un hotel de la costa del Adriático, y para sí, un merecido descanso en una jarra de vidrio, antes de que mañana lo devuelvan al riachuelo Lokvarka.
Por 100 kunas (14 euros) cada visitante puede elegir de una gran caja a su propia rana, bautizarla y tomar parte del campeonato de salto.
Cada "propietario" tiene que colocarla con sus manos sobre el "ranódromo" y animarla a saltar, sin tocarla, en medio de gritos de apoyo, chillidos, risas y carcajadas, avivadas por comentarios chistosos de los locutores del evento.
Entre las 20 competidoras que lograron pasar a la primera vuelta, dos llevaban nombres ingleses, dos nombres españoles (El Toro y El Gato), y los demás croatas
Por su parte, los espectadores bailan efusivamente en las pausas entre las diversas rondas hasta bien entrada de madrugada y al son de una charanga local, saboreando, entre otros, la "sangre de rana", un licor de frutas silvestres y otras especialidades gastronómicas locales, cuyo plato principal son las ancas de rana empanadas.
"En mi restaurante "Jezero" (Lago) servimos en verano unos seis platos diferentes de ranas. Ahora que no es temporada, ofrecemos dos: ancas empanadas y ranas a la parrilla", reveló el cocinero jefe del festejo.
Comentó que otrora, estos batracios se cazaban en torno al lago Lokvarsko, el riachuelo Lokvarka y otras aguas locales, pero que ahora son una especie protegida y su caza está prohibida.
Por ello, los que se comen son de cría artificial, a veces importados, mientras que los que compiten en saltos y carreras son de procedencia local y para usarlos se requiere un permiso especial.
"Se trata de la rana verde. Hemos obtenido permiso del Ministerio de Protección del Medio Ambiente para cazarlas, y mañana las vamos a devolver a su ambiente natural", aseguró una organizadora del evento.
La competición ganada esta madrugada por Mario es solo una de las manifestaciones durante la semana del Festival de la Rana, que incluye también otros certámenes y "talleres" de protección del medio ambiente, así como ferias de artesanías y productos gastronómicos.
EFE
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