El documento se rige en tres ejes: el fortalecimiento de Estado, la modernización económica y política, y la ampliación y aplicación de derechos sociales.
México entró a una nueva era política con el regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al poder de la mano del nuevo presidente, Enrique Peña Nieto, y la firma de un inédito acuerdo entre los principales partidos para impulsar las reformas que requiere el país.
"México comienza una nueva etapa de su vida democrática. Ha llegado el momento del encuentro y del acuerdo", declaró Peña al encabezar la ceremonia de firma del "Pacto por México" en el Castillo de Chapultepec.
El mandatario dijo que su Gobierno ofrece "participar con entusiasmo" para que el pacto, al que calificó de "inédito y trascendental", se materialice en leyes y acciones concretas en beneficio del país.
"Por primera vez se logra un acuerdo que no surge de la necesidad de enfrentar una emergencia sino de la voluntad explícita de transformar al país", enfatizó.
Al reseñar al inicio de la ceremonia el contenido del convenio, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, dijo que el documento se rige en tres ejes: el fortalecimiento de Estado, la modernización económica y política, y la ampliación y aplicación de derechos sociales.
Añadió que se compone de cinco acuerdos fundamentales relativos a gobernabilidad democrática, transparencia y rendición de cuentas, derechos y libertades, seguridad y justicia, y por último crecimiento económico, empleo y competitividad.
El documento fue suscrito por la presidenta interina del Partido Revolucionario Institucional (PRI, de Peña Nieto), Cristina Díaz, y los dirigentes del Partido Acción Nacional (PAN), Gustavo Madero, y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano.
La firma del acuerdo, cuya negociación fue dada a conocer por los líderes partidistas el lunes pasado, había quedado en entredicho al salir a la luz las diferencias internas en el izquierdista PRD en cuanto al documento.
La Comisión Política del PRD, que no reconoció el triunfo de Peña Nieto en las elecciones del 1 de julio, reconvino en días recientes a Zambrano por no haber consultado con las diferentes instancias del partido las negociaciones del pacto, y le impuso una serie de restricciones para suscribirlo.
Pero el sábado, durante el acto de toma de posesión de Peña, el líder del PRD dijo que firmaría el acuerdo pese a no contar con el aval de la Comisión Política, y esgrimió el amplio apoyo a sus negociaciones por parte de legisladores, gobernadores y alcaldes de izquierda.
Este domingo, durante su intervención en la ceremonia en el Castillo de Chapultepec, Zambrano argumentó: "los problemas de nuestro país son tan grandes que una sola fuerza por sí sola no podrá plantearse el reto de enfrentarlos exitosamente, y tampoco podrá hacerlo un solo hombre desde la Presidencia de la República".
Con esta inusual manifestación de consenso, el Gobierno de Peña Nieto logra una importante victoria simbólica después de haber visto frustrado su intento de que los partidos firmaran el pacto antes de su toma de posesión por la falta de respaldo unánime al interior del PRD.
EFE
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