"Mamitis" o apego exagerado a la madre. Sucede que en algunas ocasiones el hombre, ya casado o conviviente, no puede desapegarse de su mamá y ese vínculo tan cercano empieza a afectar su relación de pareja.
En relaciones de pareja sucede que el varón no puede tomar decisiones sin antes haberlo consultado con su madre a pesar que éstas son del ámbito personal o conyugal. Cuando esto pasa es señal de un problema…
En este caso no quiere decir que el esposo no ame a su pareja ni a su familia, sino que no encuentra una manera más adulta de relacionarse con su madre. Esta mamá piensa que su hijo es un niño, y el esposo piensa que su madre solo puede ser gratificada con esta conducta de niño.
El tema aquí es plantear nuevos caminos y nuevas formas de satisfacción más plenas. Una posibilidad sería incorporar a la suegra y hacerle ver que entre ella y la pareja de su hijo no hay competencia.
Las crisis familiares se pueden dar, pero uno tiene la opción de crecer en ellas. El problema es cuando se presentan situaciones extremas, como por ejemplo una patología de la suegra. Puede suceder que esta mujer sea incapaz de entender que su hijo no le pertenece, que también puede amar a otras personas, que no es única ni es el centro de la vida de su hijo.
Por cierto, una persona adulta no necesita a la mamá de la infancia, que está pendiente tras de uno para todo.
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