Plantilla de Spanair fue informada el viernes por correo electrónico del fin de las operaciones y de que estaban en situación de permiso retributivo y suspensión temporal.
Miles de trabajadores se enfrentan a un futuro incierto tras la quiebra de la aerolínea española Spanair, que hoy obligó a cancelar 222 vuelos en los aeropuertos españoles, donde continuó el goteo de pasajeros afectados buscando alternativas para viajar.
La aerolínea, que anunció a última hora del viernes la suspensión de sus vuelos, daba empleo a alrededor de 4.000 personas, unas 2.000 trabajadores directos, y el resto, el personal de Newco, la empresa que realiza los servicios de tierra, y de las firmas de limpieza y mantenimiento.
La plantilla de Spanair fue informada el viernes por la noche por correo electrónico del fin de las operaciones y de que estaban en situación de permiso retributivo y suspensión temporal.
Según fuentes del sindicato CGT, los trabajadores recibirán este mes su nómina íntegra y la parte proporcional de la paga extraordinaria, según les ha comunicado la dirección por carta.
Con su situación se solidarizó hoy el secretario general del sindicato mayoritario Comisiones Obreras (CCOO), Ignacio Fernández Toxo, quien reclamó su recolocación en otras compañías.
Los trabajadores de Spanair en varios aeropuertos españoles celebrarán mañana asambleas para decidir posibles movilizaciones, mientras que el martes lo harán los empleados de Newco.
Ya hoy una treintena se concentraron ante los mostradores de la compañía en el aeropuerto de Santiago de Compostela (noroeste español) para protestar por el cese de actividad de Spanair.
Otra de las caras de la crisis son los pasajeros afectados, 22.733 sólo este fin de semana, por el fin de los vuelos de Spanair.
La compañía aérea, que todavía no ha evaluado el número total de afectados, está ultimando un acuerdo con la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) que permita devolver el dinero de los billetes adquiridos y no utilizados.
La quiebra ha obligado a cancelar 647 vuelos entre este sábado y el lunes, 158 el sábado, 222 el domingo y 267 el lunes.
Más de 8.000 personas han canjeado ya los billetes que habían adquirido a Spanair para volar entre ayer y el próximo lunes y ya se han presentado más de 2.000 reclamaciones de pasajeros afectados.
En los aeropuertos españoles hoy continuó el goteo de viajeros en busca de alternativas para volar, aunque la situación fue más tranquila que ayer.
Hasta el aeropuerto El Prat de Barcelona (noreste español), el principal donde operaba Spanair, llegaron los viajeros que se habían quedado colgados en Mali y Gambia tras la suspensión abrupta de operaciones, por la que la aerolínea podría ser sancionada hasta con 9 millones de euros por el Gobierno español.
El presidente de Spanair, Ferran Soriano, ha dicho que esa decisión se adoptó en "coordinación" y con el "apoyo" de las autoridades españolas, pero la ministra española de Fomento, Ana Pastor, dijo hoy que el viernes tuvo que dar el primer paso y llamar al máximo responsable de la aerolínea para que le explicara qué estaba ocurriendo.
El anuncio de Spanair se produjo en un viernes negro para España, al coincidir con la confirmación oficial de que el número de desempleados había superado por primera vez la barrera de los 5 millones y con la rebaja hecha por Fitch a la calificación crediticia del país.
La crisis ha golpeado con fuerza a la compañía, integrante desde 2003 de la alianza de compañías aéreas más grande del mundo, Star Alliance, y que sufrió en 2008 un tráfico accidente aéreo en el aeropuerto madrileño de Barajas, en el que murieron 154 personas.
Su brusco final llega después de que Qatar Airways abandonase su intención de adquirir el 49 % de las acciones de la aerolínea española, tras lo cual el Gobierno regional de Cataluña anunció que dejaba de inyectar dinero público en la aerolínea.
EFE
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