Informe del Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidades concluyó que, por ejemplo, 225 millones de toneladas cúbicas de cobre hay en los basureros del planeta.
Las sillas de cartón prensado que ofrece Carlos Costa aguantan 75 kilos, su precio no supera los 10 euros. “El 60 por ciento del cartón proviene de material reciclado que compro en las fábricas de embalaje”, cuenta Carlos Costa. Hace dos años vio cómo su hija pequeña se caía de bruces sobre una caja de cartón. Y no le pasó nada. Ahí se le ocurrió la idea. El arquitecto y maestro portugués creó una sillita para jardines de infantes, que los niños pueden armar y decorar y después de un año llevar al contenedor.
En la Green Week –una semana organizada por la Comisión Europea para debatir e intercambiar acerca de la ecología-, Costa ha sido invitado a presentar su idea. Es un gran ejemplo de uso eficaz de recursos, un camino en el cual la UE intenta ganarle tiempo al tiempo. ¿Por qué?
Ganarle tiempo al tiempo
“Con el crecimiento de la población y la prosperidad, especialmente en las economías emergentes, la perspectiva es que se consumirá mucho más de lo que es factible y sustentable teniendo en cuenta los recursos limitados del mundo. Las fuentes de recursos como petróleo, cobre y oro se están agotando”, explica un informe del Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas (UNEP), publicado en el contexto de la “semana verde” europea.
A favor de una economía circular y de reverdecer la economía se pronuncia Achim Steiner, director de la UNEP. “No se trata de otra economía, sino de la misma economía más eficiente”, explica Steiner, haciendo hincapié en la escasez de los metales y en el peligro que ello representa para la economía y el futuro del planeta.
Minas urbanas
¿Entonces? Se trata de detectar minas no explotadas: "El informe calcula que en este momento hay 225 millones de toneladas cúbicas de cobre en los basureros del mundo. En China, la industria más grande del ramo recicla 1 millón de toneladas al año; la empresa que más procesa cobre logra 500 mil toneladas. Economía global: oportunidad para enfrentar la escasez de metales y minerales y proveer a la economía mundial”, dice el especialista en economía de ecosistemas y biodiversidad.
“En una buena mina de oro, por cada tonelada de material que se extrae se puede sacar 5 gramos. Si usted separa una tonelada de basura electrónica, ahora tenemos la capacidad de extraer 150 gramos de oro de la misma cantidad de material electrónico reciclado. El punto está en la recolección selectiva”, explica por su parte Karl Falkenberg, director de la sección de Medio Ambiente de la Comisión Europea.
El asunto de los metales es vital
Se trata de recuperar vanadio, hierro, aluminio, titanio, litio.... todos componentes indispensables de las nuevas tecnologías. “El asunto de los metales es vital. La demanda está creciendo; el alumnio es indispensable para la construcción y los automóviles; paladio y indium para tecnologías limpias. Que la demanda aumente crea nuevos desafíos e incrementa el riesgo de crisis internacionales”, confirma el especialsita Mathias Buchert, director del Öko-Institut.
Reciclar metales es entonces ahora el lema. Sin embargo, “para menos de un tercio de 60 metales estudiados hay un nivel de reciclaje que supera el 50 por ciento; 34 de ellos, no alcanzan ese nivel”, consta en otro informe acerca del reciclaje de metales presentado también por UNEP.
La tecnología para lograr extraer los preciados metales de los teléfonos móviles, por ejemplo, existe ya. También se ha avanzado en la voluntad política. “En Europa, Estados Unidos e incluso en China ha crecido, porque los precios han aumentado, porque se teme a la dependencia y porque se necesita esos metales para tecnologías importantes. Con todo falta a veces una mayor estrictez para poner crear y poner en practica las leyes”, explica a DW Buchert. También hace falta una toma de conciencia en el ciudadano que debe llevar su celular viejo a los sitios de recolección. La frontera mágica es el 2050; “todavía estaremos extrayendo materiales pero habremos alcanzado entre un 50 y un 70 por ciento de basura reciclada”, dice Buchert.
¿Y los que tienen materias primas?
¿Reciclar significa no comprar más? ¿Reciclar va en desmedro de países productores de materia prima? “Un país como Bolivia se beneficiará de estas iniciativas de reciclaje pues aseguran que sus exportaciones sigan siendo requeridas. Pues si un material se vuelve demasiado escaso la industria se separa de ese producto y eso no responde a sus intereses”, indica Steiner a DW.
El otro experto coincide en la mirada positiva para los países exportadores: “esos países tienen la ventaja de que poseen un importante know how por su industria minera, que puede ser utilizado en el reciclaje. En Alemania no hay más extracción, pero tenemos gran conocimiento en reciclaje por la industria del carbón. No es una contradicción ser un país exportador de materias primas que entre también en la industria del reciclaje”, explica Buchert.
Con todo, el camino a recorrer es todavía largo. Pero si miramos la industria del papel el optimismo es fundado. “En Alemania la cuota de reciclaje para papel es más del 60 por ciento; se trata de una industria muy antigua que polucionó mucho los ríos”, dice Buchert, puntualizando que en este momento el volumen y la calidad del papel reciclado ha alcanzado niveles impensables hace 20 años.
¿Había hace 20 años jardines de infantes que utilizaran sillas de cartón reciclado como las de Carlos Costa? “Ahora estoy trabajando un producto para las grandes empresas. Un banquito armable para los festivales de verano. Como es de cartón, las empresas imprimen su sello. Lo armas para el concierto, al final de éste, lo desarmas y te lo llevas a casa. Y después al contenedor”, dice el ingenioso representante de la economía verde y circular.
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