Elizabeth Alanya Sánchez expresó su confianza de poder recuperarse y dijo que cuando eso suceda espera verse nuevamente en el espejo, cosa que no ha hecho hasta el momento.
Elizabeth Alanya Sánchez, la mujer que sufrió graves quemaduras en el rostro luego de que su pareja le lanzara una olla con agua hirviendo, pidió garantías para su vida al enterarse que su agresor fue liberado y sobretodo porque éste sigue amenazándola a través de llamadas telefónicas.
Julio César Jaime Sal y Rosas fue puesto en libertad luego de que Zoilo Enríquez, magistrado del Séptimo Juzgado Penal de Lima, devolviera al Ministerio Público la solicitud de su detención preliminar debido a que -según afirmó- presentaba imprecisiones.
En una cama del Hospital Arzobispo Loayza, Alanya expresó su confianza de poder recuperarse y afirmó que cuando eso suceda espera verse nuevamente en el espejo, cosa que no ha hecho hasta el momento.
"Yo no me estoy viendo la cara ahora (..). Cada vez que me recupere me vas tomando (filmando)", le dijo al periodista del espacio "América Noticias".
Selmira Alanya, hermana de la víctima, solicitó de igual modo garantías para toda su familia ya que teme que el agresor pueda hacer algo contra ellos.
"Como dicen que es loco tememos que nos haga también algo a nosotros, a nuestros hijos, por eso pido garantías", señaló.
Por su parte, Ruth Alanya otra de las hermanas de Elizabeth, dijo que ésta se puso a llorar cuando se enteró de que Sal y Rosas se encontraba libre.
"¿Cómo no hay justicia para mí?", me dijo mi hermana. Felizmente estaban las psicólogas en ese momento quienes la calmaron", detalló a RPP.
Julio César Sal y Rosas arrojó, al parecer por celos, agua hirviendo en el rostro de Elizabeth cuando ella se encontraba durmiendo en su vivienda del Rímac.
Consuelo Sal y Rosas, madre del agresor, quien ha estado preso en otras ocasiones, afirmó que su hijo consume drogas y está mal de la cabeza por lo que prefiere que permanezca encerrado en prisión.
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