Indignados familiares de las víctimas del incendio ocurrido el último fin de semana en el centro de rehabilitación ´Cristo es Amor´ en San Juan de Lurigancho, agarraron a golpes a uno de los hijos del dueño del local.
Cesar García, tuvo que abrirse paso entre sus agresores y ponerse a salvo tras las rejas del pasaje donde se velaban los restos de su hermano, Raúl, fallecido en el siniestro junto con 26 internos más.
Más temprano, Priscilo Oré, uno de los encargados de la puerta del segundo nivel del centro de rehabilitación, indicó que no se ha presentado ante la policía, porque no ha sido citado.
Por su parte, la Municipalidad de San Juan de Lurigancho, sostiene que no tuvo responsabilidad en lo ocurrido y señaló al Ministerio de Salud, como el encargado de hacer respetar la disposición municipal de clausura de estos locales que no cuentan con licencia de funcionamiento.
Mientras tanto, los vecinos de las viviendas colindantes al local siniestrado decidieron poner orden en el lugar de los hechos sacando los pocos enseres que fueron abandonados en las puertas de sus casas.
Se supo que once de los fallecidos serán enterrados en el cementerio “El Sauce”.
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