El presidente de EE.UU. acudió a comerse un sandwich a un restaurante cercano a la Casa Blanca que ofrece descuentos a los empleados afectados por la paralización de la Administración federal.
El presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Barack Obama, acudió este viernes y en compañía de su vicepresidente, Joe Biden, a comerse un sandwich a un restaurante cercano a la Casa Blanca que ofrece descuentos a los empleados afectados por la paralización de la Administración federal.
En mangas de camisa y con corbata, Obama y Biden llegaron caminando a Taylor Gourmet, que ofrece descuentos del 10 % a los trabajadores federales que desde el pasado martes no están recibiendo sus salarios por la paralización parcial de la Administración.
Obama pidió un sandwich de pavo con mostaza y pagó tanto el suyo como el de Biden.
El presidente aprovechó para reiterar que "hoy mismo" la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, "tiene la oportunidad" de poner fin a la paralización de Administración, que ha dejado en casa a unos 800.000 trabajadores federales.
"Estoy encantado de tener negociaciones (con los republicanos), pero no podemos hacerlo con una pistola en la cabeza del pueblo estadounidense", enfatizó Obama.
El mandatario insiste en que, antes de negociar sobre esta nueva crisis presupuestaria, el Congreso debe autorizar, sin condiciones, los fondos para que el Gobierno opere en el nuevo año fiscal, que comenzó el 1 de octubre.
Obama también subrayó que "no hay ganador", que "nadie está ganando" con una parálisis que está dejando a los trabajadores federales sin cobrar sus salarios.
El diario The Wall Street Journal cita bajo anonimato en un artículo publicado hoy a un alto funcionario del Gobierno que afirma: "Estamos ganando. No nos importa" cuánto dure el cierre "porque lo que cuenta es el resultado final".
Antes de que Obama hablara, su portavoz, Jay Carney, ya había rechazado en Twitter los comentarios de ese alto funcionario.
"Es absurdo (...) Rechazamos totalmente la idea de que a la Casa Blanca no le importa cuándo termine esto (la paralización)", escribió Carney en Twitter.
Mientras, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, acusó a los demócratas de tratar la parálisis parcial de la Administración como "un juego" y les instó a negociar para resolver esa crisis y enfrentar "el problema de gasto" en el país.
Los republicanos piden desde el martes la convocatoria de un comité de conciliación, que reúna a miembros de ambas cámaras para negociar sobre la actual crisis, pero los demócratas mantienen que sólo lo harán cuando la Administración se reabra.
La Cámara baja prevé votar este sábado una medida "para asegurarse de que todos los empleados federales que han sido cesados reciban su salario cuando acabe el cierre del Gobierno", según anunció hoy el líder de la mayoría republicana en ese órgano, Eric Cantor.
En un comunicado, la Casa Blanca expresó su apoyo a esa medida, pero aclaro que por sí sola no resuelve las "serias consecuencias" de la paralización de la Administración.
EFE
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