"Existen todos los elementos que hemos visto en lugares como Ruanda, Bosnia, los elementos están allí para (que haya) un genocidio", dijo el jefe de operaciones de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU, John Ging.
La ONU pidió hoy una movilización internacional, de carácter humanitario y militar, para estabilizar la República Centroafricana, donde alertó de que existen todos los elementos para que se produzca un genocidio.
"Existen todos los elementos que hemos visto en lugares como Ruanda, Bosnia, los elementos están allí para (que haya) un genocidio", dijo en una rueda de prensa el jefe de operaciones de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU, John Ging.
Sostuvo que "las atrocidades se comenten en todas partes", lo que ha provocado el desplazamiento forzado de 800.000 personas, de las que medio millón están en la capital del país, Bangui.
Ging expuso que la República Centroafricana ha alcanzado el mayor nivel de gravedad de una crisis humanitaria y que sólo se aplica a otros dos países en el mundo: Siria y Filipinas.
Siria lleva cerca de tres años inmerso en una guerra civil que ha dejado a la mitad de su población dependiente de la asistencia humanitaria externa, mientras que el paso de un tifón el pasado noviembre por Filipinas dañó infraestructuras en zonas claves del país y dejó millones de personas damnificadas.
Ging advirtió de que la necesidad de aportes internacionales para atender la crisis en la República Centroafricana es acuciante, pues de los 247 millones de dólares precisos para financiar la operación de ayuda en el país, sólo se ha recibido un 6 por ciento.
"Se necesita con urgencia agua potable, alimentos, saneamiento, que es un gran problema; y atención médica básica", dijo Ging.
"No hay otra crisis a nivel mundial que se haya ignorado de la manera en que hemos estado ignorando la de la República Centroafricana. Si no arreglamos el problema hoy, será más caro hacerlo mañana", comentó.
Tropas francesas y africanas intentan estabilizar desde hace algunas semanas la situación en ese país, donde la crisis política provocada por una rebelión del grupo Séléka el pasado marzo degeneró meses después en enfrentamientos de carácter religiosos entre musulmanes y cristianos.
EFE
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