Menor es acusada de blasfemia luego que saliera a buscar papel para usar como combustible en su hogar y recogiera por error unos escritos con versos del Corán.
Varias organizaciones religiosas moderadas de Pakistán pidieron hoy protección para la niña cristiana acusada de blasfemia, que está encarcelada y sobre quien las autoridades desvelarán mañana si sufre una incapacidad mental.
El Consejo de Ulemas de Pakistán, que representa a parte de los líderes musulmanes moderados del país, realizó un llamamiento para la protección de Rimsha Masih, de cerca de 11 años y que lleva 10 días en prisión tras ser acusada de quemar escritos islámicos.
"Nadie está a salvo en Pakistán", dijo en conferencia de prensa el jefe de ese Consejo, Tahirul Ashrafí, quien acusó a "solo unos cuantos" de crear problemas de extremismo religioso e intolerancia en el país surasiático.
Otro organismo, la Liga Interconfesional de Pakistán, pidió en la misma comparecencia que se investigue a fondo el caso de Rimsha y que se haga público cuanto antes el informe médico oficial que debe establecer la incapacidad o no de la niña.
Según su familia -que permanece escondida por miedo a represalias- la menor padece una discapacidad mental que, unida a su corta edad, la exime de cualquier delito de blasfemia por ser incapaz de entender siquiera el concepto.
El responsable de la Liga Interconfesional, Sajid Ishtaq, desveló a Efe tras la rueda de prensa que un equipo médico designado por el Gobierno ya ha emitido su informe, pero que por razones desconocidas las autoridades no harán público su contenido hasta mañana.
Según Ishtaq, unas 600 familias abandonaron en los días siguientes al incidente el empobrecido suburbio de Mehrabadi, en Islamabad, por miedo a las habituales represalias de los radicales integristas cada vez que se produce un caso de presunta blasfemia.
Tanto su organización como el Consejo de Ulemas recordaron al Gobierno que debe dar amparo a estas familias amenazadas y protegerlas adecuadamente para que puedan retornar a sus domicilios.
El pasado 18 de agosto, una turba de cientos de exaltados rodeó la comisaría de Islamabad en la que estaba detenida Rimsha e intentó agredir a la niña y a su familia después de que la menor fuera acusada en un incidente aún por aclarar.
Según diversas versiones, la niña salió a buscar papel para usar como combustible en su hogar y recogió por error unos escritos con versos del Corán, concretamente del Qaida Nurani, un método para aprender a leer el libro sagrado musulmán.
"Nadie en su sano juicio quemaría un texto sagrado, y mucho menos un cristiano. Saben bien las consecuencias de un acto así", dijo la semana pasada a Efe la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, (HRCP), Zohra Yusuf.
EFE
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