Los esposos Moisés Cavero Y Rosa Camacho crió al niño desde los dos meses de nacido y luego de dos años pasó al Inabif.
Los esposos Moisés Cavero Y Rosa Camacho continúan luchando para lograr la adopción de un niño que nació en prisión debido a que su madre cumplía una condena por tráfico de drogas como “burrier”. Ellos cuidaron del menor desde los meses de nacido pero luego pasó a custodia del Inabif por problemas con la legislación de adopciones.
La pareja expuso su problema en febrero del 2014 en RPP Noticias y en aquella ocasión recibió el apoyo de la entonces ministra de la Mujer, Ana Jara, quien permitió que vieran al niño luego de más de dos años de haberse separado y puso en marcha los trámites de adopción.
Ya durante el periodo de evaluación, en febrero último, el personal de Inabif hizo dos observaciones que debían ser subsanadas para concluir el proceso de modo satisfactorio.
En el programa Ampliación de Noticias, Rosa Camacho, detalló que les solicitaron que habilitaran un dormitorio exclusivo para el menor y también demostrar que su hija de 24 años estaba comprometida con la adopción, pues aparentemente había evidenciado cierta distancia con el proceso.
Afirmó que para cumplir con los requisitos invirtieron en la construcción de un ambiente para el niño. También señaló que su hija mayor se sometió a las evaluaciones de los profesionales del Inabif. Sobre ella, sus padres aseguran que está comprometida al cien por ciento con la adopción del niño.
No obstante estos esfuerzos, el Inabif no ha levantado las observaciones e insiste que deben ser corregidas satisfactoriamente o de lo contrario el niño será dado en adopción a una familia extranjera.
Esta decisión que no es aceptada por los padres y exigen una nueva evaluación con otros profesionales.
"No vamos a desistir no aceptamos el resultado que nos han dado; solicitamos una entrevista con la ministra (de la Mujer) que vean el caso, porque se nota que los profesionales que tiene dejan mucho que desear", dijo.
La pareja afirma que existe un vínculo emocional muy fuerte con el menor a quien, además de haberlo criado los dos primeros años de su vida, visitan constantemente en las instalaciones del Inabif.
"Nosotros lo hemos criado desde los 2 meses y a los tres años tuvo que ir a Inabif porque no somos los padres biológicos. Tuvo que separarse, fue muy dolorosa la separación porque hay un vínculo muy fuerte (...) Él es nuestro hijo", manifestó.
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