Según la investigación policial, los prófugos estuvieron en la carceleta del Juzgado N° 12, hasta donde llegó un expediente con el logotipo del Poder Judicial, donde fue ocultada la vara de metal.
Una vara de metal, varios cómplices y mucha astucia fueron las herramientas que utilizaron los cinco reos, entre ellos el sicario que acabó con la vida del fotógrafo Luis Choy y dos de sus cómplices, para fugar de la carceleta del penal de Lurigancho.
Según la investigación policial, los prófugos estuvieron el último miércoles en la tarde en la carceleta del Juzgado N° 12, ubicado en el segundo piso de la Sala de Audiencias del establecimiento penitenciario, hasta ahí, de forma desconocida, llegó un grueso expediente con el logotipo del Poder Judicial, donde fue ocultada la vara de metal.
Con este objeto, que tenía forma de “pata de cabra”, los delincuentes hicieron un orificio de 80 centímetros en la plancha de metal, que formaba la pared de la carceleta, por donde salieron y luego de bajar al primer piso se dirigieron hacia las oficinas del Poder Judicial. De ahí, según se presume algunos de ellos se vistieron con ropa formal y burlaron tres controles de vigilancia hasta la salida del penal.
La policía encontró el documento donde se escondió la vara de metal en el último peldaño de las escaleras del pasadizo que dirige a las oficinas administrativas del recinto penitenciario, asimismo, en el lado posterior de la puerta del recinto donde se encontraban los hampones se halló la “pata de cabra”.
Ante los hechos, no se descarta que personal del propio Poder Judicial y abogados de algunos prófugos hayan participado en la planificación de la fuga.
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