Estudio realizado por la Cooperación Suiza en cuatro ciudades del país, precisa que la combustión por la grasa de los pollos con el carbón encendido producen gases contaminantes de consideración.
¿Sabía que el pollo a la brasa a pesar de su alta legión de seguidores contamina el medio ambiente? Un estudio realizado por el programa regional de Aire Limpio en Arequipa, Trujillo, Cusco y Lima, las ciudades más contaminadas del país y financiado por la Cooperación Suiza, determinó que el humo que emanan los hornos de pollería producto de la combustión de la grasa con el carbón encendido, provocan una serie de partículas contaminantes que se concentran en el aire e incluso en el mismo pollo a la brasa, lo que a largo plazo puede afectar la salud de las personas.
“Si bien el transporte es el mayor contaminante atmosférico, se detecto que los hornos de pollerías junto a otras industrias como las ladrilleras artesanales tienen una incidencia significativa, dependiendo del grado de contaminación de cada ciudad” informó Adrián Montalvo, asesor técnico de la Fundación Suiza de Cooperación Técnica para el Desarrollo (Swiss Contact) encargado de coordinar el estudio.
Precisó que por ejemplo en Arequipa, la contaminación por el humo de pollería era el tercer mayor contaminante del aire, después del transporte y otras industrias, lo que obligó a las autoridades a adoptar medidas para un mejor funcionamiento de este tipo de locales.
Los hornos de pollería generan partículas contaminantes como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno e hidrocarburos aromáticos policlínicos, que según los estudios realizados a 32 de sus compuestos, al menos 15 de ellos fueron calificados como cancerígenos.
Para revertir los efectos contaminantes, Swiss Contat ha elaborado unas guías para mejorar el funcionamiento de los hornos de pollería.
“Mediante un mejor diseño del horno, la recolección de grasas de los pollos al momento de la combustión, entre otras medidas se puede reducir hasta en tres veces las actuales emisiones que generan las pollerías” expresó Montalvo.
Entre otras medidas la institución ha diseñado los llamados “Hornos ecológicos” que funcionan a carbón pero con encendido a gas que reduce en 30% las emisiones por la combustión del carbón. Si bien algunas reconocidas pollerías han incorporado este tipo de hornos en sus locales, lo cierto es que la mayoría opera de manera convencional, contaminando el aire y la salud de los comensales.
Comparte esta noticia