En estos ocho días los servicios de emergencia han tenido que atender a decenas de corredores y todavía hoy ocho personas internadas por haber sufrido cornadas.
Pamplona cerró ayer sus conocidas fiestas, los sanfermines, caracterizadas por escasos incidentes y por unos encierros de toros cada vez más rápidos.
El de hoy, con toros de la ganadería Miura, fue el más rápido que se recuerda en la ciudad, con dos minutos y cinco segundos para recorrer los algo más de ochocientos metros entre un corral de ganado y las dependencias de la plaza donde se lidian cada tarde.
En 2005 las autoridades locales decidieron aplicar un material antideslizante en el pavimento del recorrido de los encierros, lo que evita resbalones de los corredores y de los toros o, en su caso, favorece que se levanten con mayor rapidez, lo que propicia además que no se fragmente la manada ni se ralentice la marcha.
En estos ocho días los servicios de emergencia han tenido que atender a decenas de corredores y todavía hoy ocho personas siguen ingresadas en hospitales de Pamplona por haber sufrido cornadas y algunos de ellos están graves.
Los sanfermines se clausurarán formalmente la próxima medianoche y este año se han caracterizado porque ha hecho más calor y no ha llovido ningún día, algo poco frecuente en estas fiestas.
Sin embargo, la "normalidad" de las fiestas, subrayada hoy por el alcalde Joseba Asirón, se vio alterada con la noticia del intento de violación denunciado por una joven en los baños de un bar de la ciudad.
Ello a pesar del despliegue policial para evitar incidentes y a la campaña de concienciación para evitar actitudes sexistas que han sido noticias en anteriores ediciones.
EFE
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