Expresó que así como el Señor hace milagros, Él quiere que obremos también en su nombre. ´Eso es lo que debemos hacer: cada uno acercarse a un hospital, visitar a aquel familiar, ayudar a ese amigo.
En el programa Diálogo de Fe del sábado 1 de noviembre, el Cardenal Juan Luis Cipriani animó a que la fe al Señor de los Milagros continúe a lo largo de todo el año. Asimismo, recordó que hoy se celebra la Solemnidad de Todos los Santos, una festividad que nos recuerda la existencia de una vida eterna llena de felicidad si aceptamos que el amor y el dolor están unidos.
Comentó que en esta fecha los santos nos contemplan para interceder por cada uno de nosotros. “Ellos nos estarán diciendo: Aquí estoy para pedir por ti. Vale la pena esforzarse porque es verdad que hay un mundo mejor”.
Dijo, también, que debemos recordar a todos aquellos familiares que se encuentran en ese mundo de felicidad y alegría total. Exhortó a elevar un pensamiento de acción de gracias por aquellos que nos ayudaron, nos dieron el ejemplo e hicieron tanto bien.
“Primero un recuerdo de esa persona, recuerdo de sus obras buenas, su ejemplo, las palabras que nos decía. Cuando uno va a visitarlos no va simplemente a una oscuridad o a una costumbre de poner flores, recuerda la vida de esas personas y procura recordar todo el bien que hizo”, refirió.
“Lo otro es que ese señor o esa mujer que murió nos está diciendo: Acuérdate de mí que todavía tengo cuentas pendientes y ya no puedo hacer nada, tú puedes con tu vida decirle a Dios: Eso que estoy haciendo ahora se lo debo a mi mamá, a mi hermano…”, continuó.
Mencionó que así como existe un cielo que es la paz total, existe un infierno adonde van aquellos que no quieren ni aceptan a Dios. “Quienes se fueron de este mundo sin querer recibir el perdón, renegando de Dios, haciendo el mal por querer hacerlo y no aceptando que hay un Dios que perdona, ellos se van a ese fuego eterno, a ese castigo eterno”.
Señor de los Milagros, un despliegue de amor y de cariño
En otro momento señaló que el Señor de los Milagros sale hoy por última vez de su templo para darnos una mirada a todos, agradecernos por nuestra presencia y bendecirnos. Para luego entrar al Monasterio de esas religiosas que lo custodian durante todo el año, las Madres Carmelitas Nazarenas.
“Hoy termina ese mes que nos ha llenado de alegría, que no tiene ninguna culpa en el caos del transporte que hubo el otro día. El Señor de los Milagros hace muchísimos años coordina horarios, explica todo a todos. El que no tiene fe o no quiere es su problema”, afirmó.
“A Ese Señor de los Milagros le pedimos: Sigue teniendo esos detalles de amor, cura a este amigo, bendice a esta familia, devuélvele la paz a este muchacho, dale luces para continuar a esta gente, calma tanto dolor, lleva consuelo a tanta gente abandonada, que sientan tu cariño y tu cercanía”, reflexionó.
Expresó que así como el Señor hace milagros, Él quiere que obremos también en su nombre. “Eso es lo que debemos hacer: cada uno acercarse a un hospital, visitar a aquel familiar, ayudar a ese amigo. Hagamos un poco de embajadores del Señor de los Milagros. Esta es nuestra vida: ser permanentemente apóstoles misioneros”.
Finalmente, pidió al Señor de los Milagros que bendiga el XX Sínodo Arquidiocesano de Lima. “Acompaña a todas las parroquias que estamos en ese inicio del Sínodo, en qué puedo ayudar, cómo puedo acercarme yo más a Dios o ayudar a los demás a que se acerquen más a Dios”, finalizó.
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