"Desafortunadamente eso (regresar a EEUU) no es posible con las actuales leyes de protección de denunciantes", expresó el excontratista de la NSA.
El excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden dijo que no contempla regresar a Estados Unidos mientras la ley de espionaje persiga a los denunciantes públicos, pese a que el Departamento de Justicia podría estar abierto a negociar.
En una conferencia con internautas, Snowden consideró que volver a Estados Unidos sería "la mejor solución para el gobierno, para el público y para mí mismo, pero desafortunadamente eso no es posible con las actuales leyes de protección de denunciantes".
Snowden dijo que al haber sido acusado por el Departamento de Justicia por violaciones a la ley de espionaje, "que nunca fue pensada para personas que trabajan por el interés público", no confía en que pueda tener un "juicio justo" ni frente a un jurado popular.
El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, dijo en una entrevista con MSNBC que está dispuesto a "tener una conversación" sobre una resolución del caso de Snowden, posiblemente buscando una reducción de pena, aunque aseguró que hablar de clemencia "sería ir demasiado lejos".
Holder explicó que Snowden debería regresar a su país y comenzar una negociación a través de sus abogados, al tiempo que aseguró que prefiere referirse al exanalista como "acusado" y no como "denunciante" interno de irregularidades.
El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo en una entrevista publicada el pasado fin de semana por la revista New Yorker que no tiene "ni un no ni un sí" sobre la petición de amnistiar a Snowden.
El exanalista, refugiado temporalmente en Rusia, recordó el caso del exejecutivo de la NSA Thomas Drake, condenado en 2011 a un año de libertad condicional por revelar abusos administrativos de la agencia.
Snowden defendió que en este caso Drake estaba cumpliendo una labor de denunciante interno, pese a lo cual se le aplicó la ley de espionaje.
La figura del denunciante de comportamientos abusivos en una institución o empresa, conocida en EE.UU. como "whistleblower", está protegida en Estados Unidos, algo para lo que incluso la Administración Obama está elaborando una nueva legislación, pero de esas protecciones quedan excluidas personas vinculadas a la seguridad nacional y la defensa.
De hecho, durante la Presidencia de Obama se ha procesado a un número récord de personas relacionadas con la inteligencia a través de la ley de espionaje, vigente desde 1917 pero raramente utilizada con anterioridad en casos de filtraciones hasta la llegada del mandatario.
En el encuentro online con internautas, Snowden consideró que la democracia estadounidense debería "corregir las leyes, contener el gran alcance de algunas agencias y depurar responsabilidades de altos oficiales por los abusivos programas" de espionaje.
Snowden también pidió que el Congreso tenga en cuenta las conclusiones del panel independiente del bipartidista Consejo de Libertades Civiles y Privacidad (PCLOB, por su siglas en inglés), que concluyó que la recopilación masiva de datos telefónicos debería terminar.
En su opinión, ese panel contradice algunos de los puntos defendidos por Obama una semana antes en un discurso en el que presentó limitaciones al programa de acumulación masiva de contactos telefónicos, que podrían vulnerar las garantías constitucionales de los estadounidenses.
Snowden criticó a Obama por asegurar que la NSA no abusó de su poder, al tiempo que opinó que "se han visto más abusos intencionados que ejemplos en los que este espionaje telefónico masivo e inconstitucional ha detenido algún plan terrorista".
"No todo el espionaje es malo. El mayor problema que tenemos ahora mismo es la vigilancia masiva e indiscriminada, a través de la cual los gobierno obtienen miles de millones de comunicaciones de personas inocentes a diario", reflexionó Snowden.
El fugitivo consideró que si Estados Unidos acaba por ignorar las preocupaciones de privacidad que provocan las tácticas de la NSA se creará un precedente peligroso para justificar abusos en naciones con menor tradición democrática.
EFE
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