Descubrimientos de almacenes ilegales, similares a los de la galería Nicolini, advierten que la tragedia en Las Malvinas podría repetirse en estos otros emporios comerciales de Lima.
(Johana Quispe / Mariano Calvera). Este miércoles se confirmó lo que se temía por casi una semana. Dos jóvenes murieron y sus cuerpos fueron calcinados en el incendio que consumió la galería Nicolini en Las Malvinas. No pudieron escapar porque habían sido encerrados en los conteiners metálicos en los que trabajaban. Antes de que los restos sean encontrados, en otras dos de las principales zonas comerciales de Lima, Mesa Redonda (Centro de Lima) y Gamarra (La Victoria), las autoridades encontraron estructuras similares que las hacen bombas de tiempo: posibles escenarios de tragedias similares.
Personal de Fiscalización de la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) comenzó a desmontar este martes ocho estructuras metálicas en una vivienda multifamiliar en la cuadra 9 del jirón Mesa Redonda, donde se almacenaban cajas repletas de juguetes y otros materiales inflamables. Se sospecha que allí también se trabajaba en las mismas condiciones: se encontraron botellas con orina y algunos alimentos en el interior. Los dueños de la mercancía almacenada tuvieron que retirarla y fueron sancionados con una UIT.
Disfrazados de viviendas. ¿Por qué se tuvo que esperar una tragedia como la de la semana pasada como para reforzar la fiscalización en inmuebles que a todas luces le sacaban la vuelta a las autoridades? En el caso de las viviendas con depósitos informales detectados, los representantes de la MML aseguran que no tienen las facultades para ingresar a estas a menos que exista una orden de la Fiscalía.
"Podemos ingresar a un galería porque hay una acción fiscalizadora que nos respalda. Sin embargo, esto cambia cuando el lugar se tipifica como vivienda, porque esta tiene la protección de la ley. Si un fiscalizador irrumpe en una vivienda sin autorización del propietario, estaría incurriendo en un delito”, dijo a RPP Noticias Marti Reyes, vocero de Fiscalización de la Municipalidad.
Para las autoridades, la ley es débil y no favorece al proceso de fiscalización. “Estas personas utilizan la debilidad de la ley y registran estos espacios como viviendas. Nosotros debemos atenernos a las leyes que existen y la labor fiscalizadora se obstaculiza”. Como esta vivienda multifamiliar, otros inmuebles bajo las mismas condiciones de peligro funcionan sin licencia ni permiso de defensa civil.
Bajo tierra. En la galería Azteca, en el cuadra 8 del jirón Antonio Bazo, la Municipalidad de La Victoria descubrió esta semana un sótano clandestino de hasta cuatro niveles. El hallazgo se dio luego de la denuncia de algunos comerciantes. La obra había sido paralizada por falta de autorización, pero según Diógenes Alva, presidente de la Coordinadora de Empresarios de Gamarra, esta continuaba por la noche. El establecimiento es de propiedad de Carlos Guevara Estela.
“Este desmonte no estaba ayer, había arena, lo que quiere decir que anoche han trabajado. Estaba con candado nuevo, ahora está con candado viejo. Esto es una burla”, dijo Alva. Su denuncia fue corroborada por otro comerciante de una galería vecina. “Anoche han seguido trabajando. Ahí está el desmonte que han dejado botado. No han clausurado como debe ser”.
Sanciones a medias. Estas construcciones en el sótano, si bien no son las mismas que las de la tragedia en Las Malvinas o las de Mesa Redonda, también son una bomba de tiempo. Debilitan las estructuras de las edificaciones y ponen en riesgo la seguridad de las más de 300 mil personas que visitan Gamarra cada día y la de los trabajadores. Según la coordinadora de empresarios del emporio, Gamarra está conformada por más de 25 mil micro y pequeños empresarios, que tienen a su cargo alrededor de 80 mil trabajadores.
Alva también contó que se ha detectado otro tipo de construcciones irregulares y denunció que la Municipalidad del distrito no actúa ante estos casos. “Las otras construcciones que estamos detectando son edificios que hacen 20 pisos en parámetros para 12 pisos. Eso tampoco ve la autoridad, son ciegos porque todo es corrupción”. Sanciones insuficientes y leyes a las que se ‘saca la vuelta’. Así se gestan tragedias como la de la galería Nicolini. Los lamentos y las reflexiones sobre lo que se hizo y lo que debió hacerse llegan cuando ya es demasiado tarde.
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