Rubén Rodríguez explicó que existe un negocio informal para la obtención de licencias en los alrededores de la entidad.
"En los alrededores de la Sucamec, en Magdalena del Mar, existe un grupo de tramitadores que ofrece el certificado de aptitud para las licencias en policlínicos autorizados por el Ministerio de Salud". Así lo reveló este lunes Rubén Rodríguez, jefe de la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec).
Rodríguez también contó a RPP Noticias que en 2016, la Sucamec detectó a tres internos del Penal de Lurigancho que obtuvieron, por intermedio de terceros, licencias perfectamente legales. “Habían tres copias de documentos de identidad que pasaron por el policlínico acreditado Santo Tomás de Aquino. Los certificados, sin examen reglamentario, fueron firmados por un psiquiatra, un psicólogo y el propio director del policlínico”.
El caso de Independencia. La noche del pasado viernes, Eduardo Romero Naupay desató una balacera contra varias personas en el disrito de Independencia. De esta ataque, cuatro víctimas fallecieron. Minutos después, el asesino fue abatido por un policía vestido de civil.
Las dos armas que utilizó Romero fueron una Bersa y una Pietro Beretta. Solo para la primera contaba licencia, aunque esta estaba vencida desde el año pasado. Pese a que esta fue obtenida de manera legal, las pruebas psicológicas y psiquiátricas requeridos no arrojaron la alerta necesaria para frenar su acceso a las armas.
Hasta tres patologías. Las personas que cometen asesinatos de manera masiva y cobran vidas inocentes a su paso aleatoriamente como Romero Naupay pueden presentar hasta tres afecciones psiquiátricas. Estas pueden responder una psicosis paranoide que destruye el juicio, una atrofia cerebral como producto de alguna adicción, y la psicopatía, que es el trastorno mental más severo.
Así lo explicó en el programa Ampliación de Noticias el psiquiatra y exdirector del Insituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, Martín Nizama Valladolid. “Estas son las tres patologías más frecuentes que están asociadas a crímenes masivos como el ocurrido en Independencia. Puede presentarse una de ellas o incluso la combinación de las tres”.
Además, afirmó que desde el punto de vista profesional resulta complicado diagnosticar a estas personas y lamentó que el Estado no haya reaccionado con mayor rapidez cuando el tiroteo se desató. “Detectarlos es difícil, aunque no imposible. Lo que llama la atención es la inacción del Estado para actuar en forma rápida cuando se produce este tipo de episodios en la vía pública”.
Evaluación insuficiente. Pero lo que falta no solo es la reacción del Estado ante crímenes masivos, sino también las medidas que implementa para su prevención. El decano del Colegio de Psicólogos de Lima, Elmer Salas, también estuvo en el programa y reveló que los exámenes psicológicos para obtener la licencia de armas no son lo necesariamente rigurosos.
“A veces, la rapidez nos hace perder la esencia del examen. Un examen debe ser minucioso, que permita conocer antecedentes, datos sobre la familia, su desarrollo de socialización, su vida escolar. El perfil debe ser claro”, dijo Salas.
Asimismo, advirtió que la especialización de los psicólogos es necesaria para un análisis más fino en este tipo de pruebas, pues los pacientes suelen ocultar sus trastornos. “Las personas que solicitan licencia se identifican como personas normales y simulan una buena imagen de sí mismos. Se informan sobre las pruebas y van preparados. El examen debe ser especializado. El psicólogo debe tener la capacidad de corroborar lo que la persona les dice”. Sobre la pregunta de Carvallo, Salas dijo que ningún psicólogo ha sido sancionado durante su gestión.
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