José Baella, jefe de la Dirección Contra el Terrorismo de la Policía, explicó por qué no se detuvo a quienes participaron en el polémico entierro de terroristas.
El jefe de la Dirección Nacional Contra el Terrorismo de la Policía (Dircote), José Baella, dijo que el mausoleo donde están enterrados exmiembros de Sendero Luminoso no es apología al terrorismo, pero lamentó que las autoridades del Poder Judicial se refiera a ellos como víctimas.
“Nosotros hacemos trabajo de inteligencia constante. Todos están vigilados, pero esto no es apología", dijo Baella a El Comercio. Comentó que tampoco es un delito pasear los cuerpos de los exsenderistas por las calles de Comas pidiendo "amnistía general", "solución política", "reconciliación nacional", ni llamar "genocidio del Estado" a la ejecución de presos en el Frontón, Santa Bárbara y Lurigancho.
El video de la discordia. El viernes pasado, el diario Correo difundió un video grabado por la Policía Nacional el 19 de julio, en el cual una decena de personas participaron del entierro de Carlos Aponte Silva, uno de los senderitos muertos durante el motín en el penal El Frontón en 1986. El mismo medio informó que el 7 de agosto se realizó una ceremonia similar en el mismo lugar y se enterraron otros siete cuerpos, que días antes habían sido entregados por el Ministerio Público a sus familiares luego de 30 años. Ambos eventos fueron organizados por la denominada Asociación de Familiares de Presos Políticos, Desaparecidos y Víctimas de Genocidio (Afadevig).
Baella también criticó a la fiscal Luz Ibáñez por llamar “víctimas” a estos fallecidos miembros de Sendero Luminoso y que se haya solicitado exonerar a sus familiares del pago del entierro y de los nichos. Ibáñez se defendió y dijo que nunca pidió a la Municipalidad de Comas que permitiera a estas personas edificar un mausoleo en el cementerio. Tras la publicación del video, el ministro del Interior, Carlos Basombrío, cuestionó a la Dircote por no intervenir para detener el acto.
Fecha de sangre. Tras el amotinamiento de presos en el penal El Frontón en junio de 1986, un grupo de militares entró para recuperar el control de las instalaciones. El operativo terminó con la muerte de 118 presos, según el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación. Muchos de ellos estaban acusados por actos terroristas y de ser miembros de Sendero Luminoso.
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