Presa de la alegría, David Möller, decidió morder la medalla de plata conquistada en Vancouver sin imaginar que le terminaría costando parte del diente.
"Los fotógrafos querían hacer una foto mordiendo nuestras medallas. Y me rompí una parte del incisivo superior", dijo el deportista de 28 años al periódico. "No es dramático y no me duele", añadió.
Möller, que consiguió por primera vez una medalla olímpica en luge monoplaza, pudo curar rápidamente el diente gracias a un dentista que trabajaba para el equipo alemán.
Comparte esta noticia