El deportista tenía 11 años cuando tocó por primera vez una pelota de tenis. Fue cuando era recogepelotas de un lujoso hotel cerca de Rocinha, favela que fue reconquistada por las autoridades en noviembre de 2011.
Como todo niño de favela, Fabiano de Paula soñaba con ser una gran estrella del fútbol. Sin embargo, el tenis se le atravesó en el camino y 13 años después, como profesional, comienza a abrirse paso entre los mejores de Brasil.
Entre las escalinatas, casas amontonadas y marañas de cables en la gigantesca favela Rocinha de Rio de Janeiro, de 70 mil habitantes, Fabiano pasa desapercibido, una primera señal de cómo este deporte, por lo general reservado a las élites, poco importa en los barrios más pobres del país, donde la obsesión es el fútbol.
"No hay mucha ayuda ni oportunidades, pero las cosas están mejorando, sobre todo con la perspectiva de los Juegos Olímpicos de 2016. En las favelas como ésta hay muchos jóvenes que tienen talento, sólo faltan oportunidades. Si las hubiera, descubriríamos nuevos Fabianos, nuevos Gugas Kuerten (el mejor tenista en la historia de Brasil)", dijo el joven de 24 años a AFP.
Cabe señalar que Fabiano, 224º en el ranking de la ATP, disputó este año sus primeros grandes torneos internacionales: Las primeras fases de clasificación (qualy) del Abierto de Australia y de Wimbledon -fue eliminado en ambas- y ahora se prepara para debutar en Estados Unidos.
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