El tenista número uno del mundo jugó con Bebeto, Zico y se fotografió con el exentrenador de la selección de Brasil, Mario Lobo Zagalo.
El serbio Novak Djokovic, número uno del tenis mundial, concluyó el domingo su visita de tres días a Brasil jugando un partido de fútbol de exhibición con el extenista Gustavo Kuerten y sus "ídolos de infancia" del deporte rey.
Como era de esperarse, ‘Nole’ no dejó de bromear en el estadio Olímpico Engenhao, de Río de Janeiro, con los reconocidísimos Bebeto y Zico, quienes saben del buen humor del tenista serbio.
"Fue una experiencia increíble aquí en Brasil y creo que jugué bien. Mi papá era jugador y creo que no quedé mal, ya que marqué un gol y di dos pases", comentó Djokovic, que ciertamente mostró aptitudes de futbolista.
El partido se disputó antes del encuentro Fluminense-Cruzeiro, que marcó la fiesta de celebración del primero como ganador del Campeonato Brasileño-2012.
Además cerró la apretada agenda de Novak en Brasil, que incluyó la inauguración el viernes de una cancha pública de tenis en el favela de Rocinha, la mayor de Rio de Janeiro y reconquistada hace un año por la policía del control del narcotráfico.
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