El actual número dos del mundo, logró el pase a semifinales del Másters 1.000 de Bercy tras derrotar al francés Jo-Wilfried Tsonga por 7-5, 7-5.
El mallorquín mejoró su juego con respecto a los dos partidos anteriores en la moqueta parisiense y avanzó sin problemas en una hora y 52 minutos hasta las semifinales.
Nadal tuvo un partido más plácido que en sus dos primeras comparecencias en Bercy. En su debut salvó cinco bolas de partido contra Nicolás Almagro y en octavos vio como Tommy Robredo disponía de su servicio para anotarse el encuentro.
Tsonga, que defendía título en Bercy, no inquietó tanto al mallorquín y eso que Nadal había asegurado que el francés era el favorito.
De poco le sirvió jugar sobre su pista favorita y el aliento del público. Se fue sin inquietar a Nadal, pese a que en los cuatro enfrentamientos que habían tenido hasta el momento siempre le había creado problemas. Incluso le eliminó en las semifinales del Abierto de Australia de 2008.
Esta vez fue más fácil. Nadal ganó casi sin hacer ruido, como si no quisiera despertar a un público que le auguraba un ambiente hostil.
El francés saltó firme a la cancha con un servicio demoledor, mientras Nadal tardaba en entrar en calor. Hasta en cinco ocasiones tuvo bola para robarle el servicio en la primera manga, pero el español lo conservó.
Fiel a su costumbre, Nadal aprovechó mejor sus ocasiones. A la tercera bola de ruptura se hizo con el servicio de Tsonga puso un 6-5 en el marcador que dejaba el set visto para sentencia, a falta sólo de anotarse su saque.
Fue un golpe enorme para el francés, que había dominado la manga aunque sin rematar. Había visto escapar cinco bolas de ruptura y había conservado fácil su servicio. No se explicaba Tsonga como se le había escapado esa manga.
Ni el público, que apenas había tenido tiempo para animar a su pupilo.
Del desconcierto tardó unos minutos en salir en francés, pero aguantó su servicio en los primeros juegos.
El tenis de Nadal fue mejorando mientras que a Tsonga se le encogía el brazo. Ya no ganaba su servicio con tanta suficiencia. Su final fue catastrófico. Perdió doce de los trece últimos puntos con errores garrafales.
En el undécimo juego Nadal aceleró y acabó robando el saque del francés para, de nuevo, dejar el set a expensas de anotarse su servicio.
Y no falló el mallorquín, que se anotó el partido casi sin dar tiempo al público de percatarse que se les iba su mejor jugador.
El golpe es fuerte para Tsonga que, además de no revalidar su título, dice definitivamente adiós a sus opciones de acabar el año entre los ocho primeros, sinónimo de clasificación directa para el torneo de Maestros de Londres.
La derrota del francés, sumada a la del sueco Robin Soderling frente a Djokovic (6-4, 1-6, 6-3) coloca al español Fernando Verdasco de lleno en Londres.
A Nadal ya sólo le resta un escalón para llegar a la final. Pero tendrá que dar un gran paso para superarlo, porque Djokovic llega a París en un gran estado de forma, tras haber ganado los torneos de Pekín y Basilea, este último el pasado domingo contra el número uno del mundo, Roger Federer, que jugaba en su casa.
Al mallorquín le queda el consuelo de que ha ganado a "Nole" en 14 de los 19 duelos que han enfrentado a los dos hombres llamados a dominar el tenis en los próximos años.
Las semifinales de París serán el duelo vigésimo. Sólo este año han jugado cinco veces, con una única victoria del serbio. Fue en el último duelo, en el Másters 1.000 de Cincinnati, el de la reaparición de Nadal tras su lesión de rodilla.
Antes, el mallorquín le había batido en Madrid, Roma, Montecarlo y en un duelo en Copa Davis.
EFE
Nadal tuvo un partido más plácido que en sus dos primeras comparecencias en Bercy. En su debut salvó cinco bolas de partido contra Nicolás Almagro y en octavos vio como Tommy Robredo disponía de su servicio para anotarse el encuentro.
Tsonga, que defendía título en Bercy, no inquietó tanto al mallorquín y eso que Nadal había asegurado que el francés era el favorito.
De poco le sirvió jugar sobre su pista favorita y el aliento del público. Se fue sin inquietar a Nadal, pese a que en los cuatro enfrentamientos que habían tenido hasta el momento siempre le había creado problemas. Incluso le eliminó en las semifinales del Abierto de Australia de 2008.
Esta vez fue más fácil. Nadal ganó casi sin hacer ruido, como si no quisiera despertar a un público que le auguraba un ambiente hostil.
El francés saltó firme a la cancha con un servicio demoledor, mientras Nadal tardaba en entrar en calor. Hasta en cinco ocasiones tuvo bola para robarle el servicio en la primera manga, pero el español lo conservó.
Fiel a su costumbre, Nadal aprovechó mejor sus ocasiones. A la tercera bola de ruptura se hizo con el servicio de Tsonga puso un 6-5 en el marcador que dejaba el set visto para sentencia, a falta sólo de anotarse su saque.
Fue un golpe enorme para el francés, que había dominado la manga aunque sin rematar. Había visto escapar cinco bolas de ruptura y había conservado fácil su servicio. No se explicaba Tsonga como se le había escapado esa manga.
Ni el público, que apenas había tenido tiempo para animar a su pupilo.
Del desconcierto tardó unos minutos en salir en francés, pero aguantó su servicio en los primeros juegos.
El tenis de Nadal fue mejorando mientras que a Tsonga se le encogía el brazo. Ya no ganaba su servicio con tanta suficiencia. Su final fue catastrófico. Perdió doce de los trece últimos puntos con errores garrafales.
En el undécimo juego Nadal aceleró y acabó robando el saque del francés para, de nuevo, dejar el set a expensas de anotarse su servicio.
Y no falló el mallorquín, que se anotó el partido casi sin dar tiempo al público de percatarse que se les iba su mejor jugador.
El golpe es fuerte para Tsonga que, además de no revalidar su título, dice definitivamente adiós a sus opciones de acabar el año entre los ocho primeros, sinónimo de clasificación directa para el torneo de Maestros de Londres.
La derrota del francés, sumada a la del sueco Robin Soderling frente a Djokovic (6-4, 1-6, 6-3) coloca al español Fernando Verdasco de lleno en Londres.
A Nadal ya sólo le resta un escalón para llegar a la final. Pero tendrá que dar un gran paso para superarlo, porque Djokovic llega a París en un gran estado de forma, tras haber ganado los torneos de Pekín y Basilea, este último el pasado domingo contra el número uno del mundo, Roger Federer, que jugaba en su casa.
Al mallorquín le queda el consuelo de que ha ganado a "Nole" en 14 de los 19 duelos que han enfrentado a los dos hombres llamados a dominar el tenis en los próximos años.
Las semifinales de París serán el duelo vigésimo. Sólo este año han jugado cinco veces, con una única victoria del serbio. Fue en el último duelo, en el Másters 1.000 de Cincinnati, el de la reaparición de Nadal tras su lesión de rodilla.
Antes, el mallorquín le había batido en Madrid, Roma, Montecarlo y en un duelo en Copa Davis.
EFE
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