Al final, los ánimos se calmaron y los Patriots se llevaron el Super Bowl XLIX en Phoenix.
En los minutos finales del partido entre los New England Patriots y Seattle Seahawks se dio una lamentable pelea.
Seattle recorrió el campo en busca de remontar el partido, 28-24, luego de una recepción espectacular de Jermaine Kearse, quien tras una serie de rebotes se quedó con un pase profundo del mariscal de campo Russell Wilson.
Cuando parecía que los Seahawks anotarían, Wilson lanzó un pase que fue interceptado por el esquinero Malcolm Butler, con 20 segundos por jugar, terminando el intento de remontada de Seattle.
La ofensiva de los Patriots entró al campo para tomar posesión del balón en su propia yarda 1, pero antes de sacar la jugada se marcó un castigo por fuera de lugar contra la defensiva de los Seahawks, lo que provocó una pelea dentro del campo entre los jugadores de ambos equipos.
En medio de la discusión, el apoyador Bruce Irvin lanzó un puñetazo al rostro del ala cerrada Rob Gronkowski por lo que fue expulsado del partido.
Al final, los Patriots sólo dejaron correr el reloj para asegurar la victoria y conseguir el cuarto título de Super Bowl de su historia.
Agencias
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