Sucre inauguró oficialmente la XVI edición de los Juegos Bolivarianos, la delegación peruana espera barrer con el oro en Bolivia.
Con una ceremonia llena de color, fuego y tradición, Sucre inauguró hoy oficialmente la XVI edición de los Juegos Bolivarianos, que durante doce días reunirá en la capital boliviana a cerca de 3.000 deportistas de seis países.
Más de un centenar de estudiantes de los institutos de Sucre llenaron de los colores de las banderas de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela un estadio Patria al que acudieron unas 15.000 personas para la ceremonia inaugural.
Agitando banderas de Chuquisaca y la tricolor boliviana, los asistentes siguieron extasiados cada uno de los números preparados para el acto, aunque las rencillas políticas del departamento de Sucre con el Gobierno no fueron ajenas a la celebración.
Cada vez que el presentador nombraba la delegación de Venezuela, y también a la entrada del presidente boliviano Evo Morales, la multitud profirió una sonora pitada, en contraste con las ovaciones que recibieron el resto de actuaciones.
El presidente Evo Morales, que siguió toda la ceremonia, finalmente no se dirigió a los asistentes a pesar de que su intervención figuraba en el programa oficial.
En el centro del estadio, gimnastas bolivianos maravillaron con sus piruetas y acrobacias que despertaron en el público aplausos y gritos de asombro y sorpresa.
Tras ello, un grupo de jóvenes danzaron un "pujllay", danza tradicional de mucho colorido y energía que hizo las delicias de los sucrenses, que no dejaron de alentar a sus artistas ni un segundo.
Sólo la presencia de una guarnición de la policía, que participó del acto en una aparición efímera, descolocó a los asistentes, mientras los guardianes de la seguridad desfilaban de forma robótica siguiendo el ritmo del himno oficial de los Juegos Bolivarianos.
Con cerca de una hora de retraso, llegó el momento más esperado, y tras una cuenta regresiva desde 10, se inauguraron oficialmente los Juegos Bolivarianos 2009, y empezó la fiesta deportiva.
Una banda musical entonó una marcha oficial que dejó al principio indiferente a los asistentes. Luego, el izado de las banderas animó, pero fue el desfile de los deportistas el que envalentonó de nuevo a los sucrenses.
La llegada de la antorcha y el encendido del pebetero, a cargo del nadador boliviano Héctor Medina, constituyó el punto cumbre de la ceremonia.
La fiesta terminó con los tradicionales fuegos artificiales. Pero lo que quedó en la mente de los asistentes fue el estribillo del himno oficial, y que debería ser la frase más repetida durante estos doce días, hasta el 26 de noviembre: "soñemos como bolivarianos". EFE
Más de un centenar de estudiantes de los institutos de Sucre llenaron de los colores de las banderas de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela un estadio Patria al que acudieron unas 15.000 personas para la ceremonia inaugural.
Agitando banderas de Chuquisaca y la tricolor boliviana, los asistentes siguieron extasiados cada uno de los números preparados para el acto, aunque las rencillas políticas del departamento de Sucre con el Gobierno no fueron ajenas a la celebración.
Cada vez que el presentador nombraba la delegación de Venezuela, y también a la entrada del presidente boliviano Evo Morales, la multitud profirió una sonora pitada, en contraste con las ovaciones que recibieron el resto de actuaciones.
El presidente Evo Morales, que siguió toda la ceremonia, finalmente no se dirigió a los asistentes a pesar de que su intervención figuraba en el programa oficial.
En el centro del estadio, gimnastas bolivianos maravillaron con sus piruetas y acrobacias que despertaron en el público aplausos y gritos de asombro y sorpresa.
Tras ello, un grupo de jóvenes danzaron un "pujllay", danza tradicional de mucho colorido y energía que hizo las delicias de los sucrenses, que no dejaron de alentar a sus artistas ni un segundo.
Sólo la presencia de una guarnición de la policía, que participó del acto en una aparición efímera, descolocó a los asistentes, mientras los guardianes de la seguridad desfilaban de forma robótica siguiendo el ritmo del himno oficial de los Juegos Bolivarianos.
Con cerca de una hora de retraso, llegó el momento más esperado, y tras una cuenta regresiva desde 10, se inauguraron oficialmente los Juegos Bolivarianos 2009, y empezó la fiesta deportiva.
Una banda musical entonó una marcha oficial que dejó al principio indiferente a los asistentes. Luego, el izado de las banderas animó, pero fue el desfile de los deportistas el que envalentonó de nuevo a los sucrenses.
La llegada de la antorcha y el encendido del pebetero, a cargo del nadador boliviano Héctor Medina, constituyó el punto cumbre de la ceremonia.
La fiesta terminó con los tradicionales fuegos artificiales. Pero lo que quedó en la mente de los asistentes fue el estribillo del himno oficial, y que debería ser la frase más repetida durante estos doce días, hasta el 26 de noviembre: "soñemos como bolivarianos". EFE
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