El niño de cuatro años es inmunodeprimido y no tiene defensas, por lo que las mascarillas le son indispensables; sin embargo, hace dos meses no se las entregan.
Pedro es un niño de cuatro años que fue sometido, cuando tenía solo dos, a un trasplante de hígado. Desde entonces, cada vez que sale de casa lo hace llevando una mascarilla para no exponerse a enfermedades y que su cuerpo rechace el trasplante.
La familia del pequeño, natal de Collado Villalba, en Madrid, nunca había tenido problemas para conseguirlas. Hasta ahora: el centro de salud en el que siempre se había atendido el menor ha dejado de darles mascarillas. El motivo es claro: la rápida expansión del nuevo coronavirus.
El virus de Wuhan llegó a España este último jueves y hasta la fecha se han registrado 51 casos de pacientes infectados, lo que ha llevado a la población a agotar las mascarillas en farmacias y otros establecimientos. De acuerdo con varios expertos, usar mascarilla es inútil si se pretende evitar un contagio.
"Caminas por la Gran Via, en Madrid, y ves a mucha gente que está malutilizando la mascarilla, cuando en realidad quienes la necesitan se están encontrando con que ya no quedan", denunció Daniel, el padre del pequeño, en declaraciones a El Español.
Pedro está inmunodeprimido, lo que significa que tiene las defensas muy bajas y hay posibilidades de que su cuerpo rechace su nuevo hígado. Es en este caso que la mascarilla se vuelve un elemento vital para que las bacterias no invadan su curpo y su hígado siga funcionando con normalidad.
"Siempre tiene que ir con su minimascarilla. Lo que un virus puede suponer para cualquier persona, es decir, tres días en la cama; para mi hijo supone estar tres meses ingresado en el hospital. Y no es justo que ahora esté más expuesto a esto porque la gente la esté comprando en masa, cuando en realidad no las necesita", contó su padre.
En una petición de Change.org firmada por miles de personas, el padre del pequeño pide que el Ministerio de Sanidad de España establezca criterios comunes, para que en todas las farmacias se entreguen mascarillas a quienes realmente las necesitan.
"Hay una demanda desorbitada por el miedo al coronavirus, cuando para cualquiera de nosotros es inofensiva. Hay personas que las necesitan de verdad las mascarillas y se están quedando sin ellas, como mi hijo. Hay incluso enfermeros y médicos que están contando que en sus hospitales están despareciendo mascarillas desde hace días", explicó.
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