Los talibanes han reprochado a Estados Unidos la ruptura del proceso de paz que estaba en las últimas etapas, aunque han dejado la puerta abierta a regresar a la mesa de negociación.
Los talibanes afirmaron este domingo que Estados Unidos "sufrirá más que nadie", aunque dejaron la puerta abierta para futuras negociaciones, después que el presidente Donald Trump suspendiera abruptamente las conversaciones que llevaban más de un año para poner fin a la guerra más larga en la que se ha embarcado Estados Unidos.
"Todavía (...) creemos que el lado estadounidense volverá a esta posición (...) Nuestra lucha durante los últimos 18 años tendría que haber demostrado a los estadounidenses que no estaremos satisfechos hasta que asistamos a un final completo de la ocupación", señalaron los talibanes en un tuit de su portavoz, Zabihulá Mujahid.
Los talibanes aseguraron, asimismo, que "creen" que Washington volverá a la mesa de negociaciones.
Trump justificó el sábado su decisión de suspender las "negociaciones de paz", que deberían permitir la retirada progresiva de las tropas estadounidenses, por la muerte de un soldado estadounidense durante un atentado el jueves en Kabul.
Los talibanes advirtieron que a causa de esta suspensión Estados Unidos "sufrirá más que nadie, toda su credibilidad se verá lastrada. Las pérdidas humanas y financieras aumentarán".
"Pedimos una comprensión mutua hace veinte años, seguimos en esta posición y creemos que la parte estadounidense debe regresar a la misma", aseguró el portavoz de los talibanes, que en lugar de pedir que se retomen las negociaciones parece que sugieren que la delegación estadounidense volverá a sentarse por ella misma a la mesa de diálogo.
Después de que Trump suspendiera el sábado las conversaciones, el secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo este domingo que Estados Unidos está dispuesto a reabrir las negociaciones si los insurgentes cambian de actitud y respetan los acuerdos.
La Casa Blanca comenzó hace un año unas negociaciones directas e inéditas con los talibanes, a los que echó del poder en Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington cometidos por la red yihadista Al Qaida. (AFP)
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