Se han registrado ruidos fuertes como cañonazos, por las explosiones y temblores constantes por la frecuente emisión de gas y ceniza.
El volcán Tungurahua, situado en el centro de los Andes de Ecuador, generó unas 60 explosiones en las últimas 24 horas, informó hoy el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional, que no descarta un aumento de su actividad.
El Instituto señaló que, de acuerdo a su experiencia con este volcán, cuyo proceso eruptivo empezó en 1999, son posibles dos "escenarios" de su evolución, pues podría mantener su actual pulso de intensidad, considerado entre moderado y alto, o aumentar su fuerza.
Un informe especial del IG recuerda que a finales de diciembre pasado, tras seis meses de relativa calma, el Tungurahua experimentó un súbito aumento de actividad, que fue creciendo paulatinamente hasta registrar un "frenazo" el 16 de enero, aunque volvió a incrementar su fuerza el pasado día 24.
La actividad del volcán aún continúa con una "tendencia ligeramente ascendente" con la generación de ruidos fuertes como cañonazos, por las explosiones, y tremores constantes por la frecuente emisión de gas y ceniza.
Algunas de las explosiones han causado la vibración del suelo y de las ventanas en poblados cercanos, y han sido escuchados en la ciudad turística de Baños de Agua Santa, al pie de la montaña, y también en urbes situadas a unos 30 kilómetros de distancia como Ambato y Riobamba.
La emisión constante de ceniza ha provocado que, por efecto del viento, ese material se dirija hacia el noroeste, oeste y suroeste de la montaña, y se ha registrado una capa fina del polvo volcánico en Ambato y Riobamba, así como en poblados cercanos como Mocha, Tisaleo, Cevallos y Guano.
La ceniza es más notoria mientras más cerca se está del volcán, aunque el IG hará una medición especial este fin de semana, para determinar el volumen de ese material arrojado por el Tungurahua.
La emisión de dióxido de azufre (SO2) también ha aumentado y se calcula que el volcán expulsa más de 1.000 toneladas diarias de ese gas.
En las noches también se ha observado surgir fuentes de lava del cráter y la expulsión de rocas candentes que han rodado por la pendiente hasta 1,5 kilómetros por debajo de la cumbre.
Por ello, el IG, con base en la experiencia recogida en anteriores ciclos eruptivos del volcán, advierte la posibilidad de "dos escenarios para la evolución de la actual actividad".
En primer lugar, el IG advierte que el volcán podría continuar con su "comportamiento pulsátil", como el actual, por varias semanas, con lapsos de aumento del número de explosiones y emisión de ceniza, seguidos por momentos de un aparente reposo.
Si ello ocurre, se debería esperar la caída de ceniza en extensas zonas de cultivos y poblaciones cercanas al coloso.
EFE
El segundo "escenario" posible para el IG es que el volcán "podría incrementar de manera constante o rápida el número y el tamaño de las explosiones y emisiones de ceniza durante las próximas semanas, lo cual estaría relacionado con una mayor tasa de aporte magmático desde niveles más profundos del conducto".
El Instituto Geofísico, en su informe, garantizó una vigilancia continua de la actividad del volcán, para alertar a las autoridades y a la población, en caso de cambios repentinos en su comportamiento.
El Tungurahua, de 5.016 metros de altitud y situado a 135 kilómetros al sur de Quito, inició su actual proceso eruptivo en 1999 y, desde entonces, ha intercalado periodos o pulsos de gran actividad con lapsos de relativa calma.
EFE
El Instituto señaló que, de acuerdo a su experiencia con este volcán, cuyo proceso eruptivo empezó en 1999, son posibles dos "escenarios" de su evolución, pues podría mantener su actual pulso de intensidad, considerado entre moderado y alto, o aumentar su fuerza.
Un informe especial del IG recuerda que a finales de diciembre pasado, tras seis meses de relativa calma, el Tungurahua experimentó un súbito aumento de actividad, que fue creciendo paulatinamente hasta registrar un "frenazo" el 16 de enero, aunque volvió a incrementar su fuerza el pasado día 24.
La actividad del volcán aún continúa con una "tendencia ligeramente ascendente" con la generación de ruidos fuertes como cañonazos, por las explosiones, y tremores constantes por la frecuente emisión de gas y ceniza.
Algunas de las explosiones han causado la vibración del suelo y de las ventanas en poblados cercanos, y han sido escuchados en la ciudad turística de Baños de Agua Santa, al pie de la montaña, y también en urbes situadas a unos 30 kilómetros de distancia como Ambato y Riobamba.
La emisión constante de ceniza ha provocado que, por efecto del viento, ese material se dirija hacia el noroeste, oeste y suroeste de la montaña, y se ha registrado una capa fina del polvo volcánico en Ambato y Riobamba, así como en poblados cercanos como Mocha, Tisaleo, Cevallos y Guano.
La ceniza es más notoria mientras más cerca se está del volcán, aunque el IG hará una medición especial este fin de semana, para determinar el volumen de ese material arrojado por el Tungurahua.
La emisión de dióxido de azufre (SO2) también ha aumentado y se calcula que el volcán expulsa más de 1.000 toneladas diarias de ese gas.
En las noches también se ha observado surgir fuentes de lava del cráter y la expulsión de rocas candentes que han rodado por la pendiente hasta 1,5 kilómetros por debajo de la cumbre.
Por ello, el IG, con base en la experiencia recogida en anteriores ciclos eruptivos del volcán, advierte la posibilidad de "dos escenarios para la evolución de la actual actividad".
En primer lugar, el IG advierte que el volcán podría continuar con su "comportamiento pulsátil", como el actual, por varias semanas, con lapsos de aumento del número de explosiones y emisión de ceniza, seguidos por momentos de un aparente reposo.
Si ello ocurre, se debería esperar la caída de ceniza en extensas zonas de cultivos y poblaciones cercanas al coloso.
EFE
El segundo "escenario" posible para el IG es que el volcán "podría incrementar de manera constante o rápida el número y el tamaño de las explosiones y emisiones de ceniza durante las próximas semanas, lo cual estaría relacionado con una mayor tasa de aporte magmático desde niveles más profundos del conducto".
El Instituto Geofísico, en su informe, garantizó una vigilancia continua de la actividad del volcán, para alertar a las autoridades y a la población, en caso de cambios repentinos en su comportamiento.
El Tungurahua, de 5.016 metros de altitud y situado a 135 kilómetros al sur de Quito, inició su actual proceso eruptivo en 1999 y, desde entonces, ha intercalado periodos o pulsos de gran actividad con lapsos de relativa calma.
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